Morelia podría perder la titularidad de Patrimonio Cultural

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En el Centro Histórico de Morelia mil 113 inmuebles fueron declarados Patrimonio Histórico de la Humanidad el 12 de diciembre de 1991 por la UNESCO (United Nations Educational, Scientific And Cultural Organization, por sus siglas en inglés), pero si las autoridades encargadas de velar por la conservación del patrimonio siguen sin realizar su trabajo  adecuadamente, se puede caer en riesgo de una llamada de atención,  o en un caso más radical, la ciudad podría perder la titularidad de Patrimonio Cultural, advirtió la doctora en Historia Esperanza Ramírez, presidenta de Morelia Patrimonio Cultural de la Humanidad A.C.

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“Morelia no ha caído al nivel de patrimonio en riesgo, pero si Morelia sigue comportándose mal, se puede dar el caso, ya que hay inmuebles que se están destruyendo por dentro, la fachada se ve muy bien, no está deteriorada, pero hay muchas casonas que se están derrumbando por dentro”, dijo.
De vital importancia es mencionar que, todo patrimonio que ha llegado a tener rango de Patrimonio Cultural de la Humanidad está sujeto a una revisión quinquenal, si desaparece el móvil por el cual ha sido nombrado ese patrimonio, entonces la zona se incluye en el listado de llamadas de atención; si durante los monitoreos que realiza la Unesco, se detecta que el patrimonio está dañado o deteriorado o que no se le da un mantenimiento adecuado, entra la lista en patrimonio en riesgo, si las autoridades no atienden la llamada de atención, se puede llegar a quitar el nombramiento.
Principal problema: restauración  en casonas de particulares 
Para restaurar un inmueble dentro del Centro Histórico se requiere de un visto bueno y un análisis emitido por la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia  (INAH) y del Consejo Consultivo del Centro Histórico; los costos de restauración suelen ser elevados, por ende, los dueños prefieren dejar que las casonas se derrumben debido a que es más rentable un terreno raso a una restauración.
El problema es recurrente en los Centros Históricos de todo el país; la doctora Ramírez Romero hizo un énfasis especial en que, las personas que viven en el Centro de Morelia son personas de la tercera edad; quienes muchos de ellos de han estado muriendo y los inmuebles pasan a manos de los hijos quienes prefieren dejar derrumbar la casa en vez de  reconstruirla.
En ese tenor, compartió con La Voz de Michoacán que, Morelia Patrimonio Cultural de la Humanidad A.C. ha estado planteando proyectos de fideicomisos para los dueños de las casas que se están derrumbando en el primer cuadro, a semejanza de lo que sucede en el DF; “en el Centro Histórico de la Ciudad de  México existe un fideicomiso en el cual, se otorgan préstamos a blandos intereses a pagar en largos plazos a fin de que los dueños puedan hacer arreglos en sus casas, sería lo justo que en Morelia se aplicara algo así”, destacó. Sin embargo, las autoridades argumentan que no existe el presupuesto necesario para ello.
Al consultar con autoridades del Consejo Consultivo del Centro Histórico de Morelia y académicos del INAH, coincidieron en que, la perdida de patrimonio es Morelia es latente y multicausal.  José Luis Rodríguez García, coordinador técnico del Consejo Consultivo del Centro Histórico de Morelia manifestó que las autoridades locales tienen detectados 80 inmuebles en situación de deterioro o ruina.
Al ser cuestionado sobre posibles apoyos o subsidios a fin de apoyar con la restauración de casonas, dijo que no existe la capacidad presupuestal para tal fin, además añadió que el derrumbe voluntario de las casonas muchas veces no se debe a la falta de recursos por parte de los dueños particulares, sino a la conveniencia para dejarlo derrumbar “es más rentable dejar caer la casa que restaurarla, llegó a ese estado por el tiempo y la falta de mantenimiento y cuando se caiga les conviene a los dueños hacer un nuevo establecimiento”, explicó.
El Ayuntamiento no tiene la autoridad de sancionar gravemente a los dueños que dejen derrumbar las casonas, ya que en muchos de los casos, los particulares se amparan, señaló José Luis Rodríguez, mientras añadía: “la autoridad  les da la razón, porque la declaratoria federal de 1991, tiene lagunas legales, en el sentido de que (a los dueños de predios) no se les  pidió permiso para enlistar a su inmueble como patrimonio, a pesar de que apareció en el Periódico Oficial, al parecer se tuvo que haber notificado a cada dueño sobre la situación de su casa.
Absurdo que los particulares porque “no sabían”: INAH
Sin embargo, el perito en Monumentos Históricos del INAH, Ricardo González Garrido, manifestó que es absurdo que los particulares se amparen bajo un premisa de desconocimiento de que su inmueble había sido declarado patrimonio de la humanidad, “todo mexicano queda notificado de cualquier cambio legislativo o noticia de importancia vital al momento de que ciertas pautas se publican en el Periódico Oficial, todo lo que sale ahí se va a aplicar y ningún ciudadano puede apelar ignorancia de la ley”, declaró.
Por lo tanto, los amparos a su parecer, carecen de sustento; pero para el Instituto de Antropología e Historia el problema mayor no es que los particulares se amparen, sino que las casas se están cayendo por una amplia gama de motivos; entre los cuales destacan: juicios sucesorios muy largos y dueños desaparecidos de las fincas de los cuales no se tiene pista, ni paradero.
A nadie le interesa crear un fideicomiso para salvar el patrimonio 
Ricardo González fue franco al señalar que, desde 1980, año en el que llegó a la delegación federal, propuso la creación de un fideicomiso para apoyar a las personas que tuvieran una casona en desgaste y no tuvieran la solvencia económica para restaurarlo, pero expuso que a ninguna autoridad le interesó gestionar tal proyecto.
Otra de las anomalías que podría estar contribuyendo a la destrucción o deterioro del patrimonio arquitectónico del Centro Histórico es la forma irrespetuosa en la que las cadenas comerciales hacen uso de los inmuebles, destacó la doctora Esperanza Ramírez, “las empresas transnacionales se comportan diferente en México que en otros países de Europa,  Asia inclusive África; allá las cadenas sí respetan un reglamento que dice de qué tamaño deben ser las letras para anunciar el producto, aquí no se respeta eso, sólo falta que las empresas pongan su poste alto en la Calle Real”, explicó.
A decir de la investigadora, en México, las cadenas transnacionales y las grandes empresas se comportan de esa manera porque es “fácil” sacar los permisos, “la corrupción aquí sí se presta para que los empresarios hagan casi lo que quieran con los inmuebles, lo he visto de forma clarísima al comparar cadenas instaladas en Europa y en México”, puntualizó.
Por su parte, Ricardo González concordó con la postura de la académica al remarcar que las empresas no tienen ningún arraigo con el patrimonio, por ende, no lo respetan, “cada empresa tiene su esquema, quisieran demoler todo, les conviene, para acomodar el esquema que se tiene en cada cadena”, dijo.
Y es que, el funcionario del INAH comentó que, se permite que algunos proyectos de “remodelación” se lleven a cabo debido a un juego político y de poder entre los dueños de las empresas y las autoridades, “los empresarios recurren a todas las instancias que pueden y se hacen las cosas (remodelaciones indebidas), el INAH debería intervenir, pero ese es el costo político, el temor del instituto por hacer algo, los empresarios tienen dinero ¿y qué?, nadie debería estar al margen de la ley, pero son cosas con las que hay que lidiar todos los días”, sentenció.
Con esa afirmación queda claro que los intereses de compadrazgo se llevan a cabo de forma interinstitucional entre las cadenas comerciales de los grandes empresarios y las instituciones que deberían de encargarse de cuidar el patrimonio, por lo pronto, la raíz, ese patrimonio que lleva a los ciudadanos a sentirse arraigados, poco a poco se seguirá perdiendo.
El Patrimonio es como la raíz de un árbol, da sustento, si el patrimonio se acaba, se acaba Morelia así de simple, refrendó González Garrido, “el patrimonio es la referencia de Morelia, es la raíz de este pueblo, su arquitectura es producto de una sociedad y momento específico, hay momentos políticos gestados, las obras no son casualidades, es una sociedad estructurada por  un tejido que conforma la comunidad y que hacen que produzca los espacios habitables, son producto de la necesidad de la sociedad”, expuso.
Si se acaba el patrimonio es como decir que se acaba la Historia de un pueblo, es la madre de todos los conocimientos que deja testimonio de lo que ha pasado, si se pierde el patrimonio no habrá una sociedad sana, ni se podrá esperar un crecimiento racional, afectaría en la eternidad, afectaría en la raíz de la
Historia de Morelia.
Ojalá las autoridades responsables dejarán de hacer caso omiso del daño patente que se registra en el Patrimonio Cultural de la Humanidad de Morelia; si bien, las plazas públicas, la catedral, los templos, (no todos, San José se está derrumbando) están en condiciones un tanto decentes, pero; ¿Qué pasa con las casonas derrumbándose?,  ¿y qué pasa con los arreglitos por debajo que se tienen entre las instituciones y las cadenas comerciales?, esa respuesta la tendrá la conciencia de la Historia y la conciencia de las autoridades, concluyen los especialistas.