A la cárcel los corruptos

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

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Juan Pablo Ríos y Valles

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Nuestro estado ha sido saqueado durante años, los gobernantes tienen una capacidad sobrenatural que les permite robar a pesar que no haya dinero, le cobran un porcentaje al proveedor antes de pagarle y al último logran que el dinero desaparezca. El Gobernador tiene poder de hipnosis para lograr que sus miles de empleados de confianza sigan trabajando a pesar que una vez más falló con su mínima responsabilidad de pagar la quincena; los Presidentes Municipales terminan su cargo con más bienes y empresas que un heredero de generaciones; los Ministerios Públicos aparecen pruebas y desaparecen carpetas de investigación según convenga, lapolicía tiene una bola de cristal que le permite saber el momento exacto en que es mejor no estar presente para llegar a la escena del crimen segundos tarde.

 

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Las mieles de la corrupción son exquisitas, incluyen la casa que jamás habrían podido comprar, el coche que siempre soñaron conducir, los regalos de navidad que jamás entregarían y amistades, aunque ficticias, que levantan el ánimo y les hacen creer que todo lo que tienen es fruto del gran esfuerzo y los sacrificios que hicieron por darle a los michoacanos “un mejor futuro.

Usted querido lector, si no es alto funcionario de gobierno, sabe lo complicado que resulta tener más dinero en la cuenta que deudas en la tarjeta, reconoce con claridad que tener casa propia implica el esfuerzo de 10 o 15 años de pagar puntualmente al INFONAVIT y que antes que un coche hubo que arriesgar la vida cruzando avenidas a pie y completando el trayecto en transporte público, ahora imagínese pensar en un millón de pesos en el banco, ¡imposible ¡

 

Para cambiar de clase media a alta hacen falta generaciones de trabajo honesto, de estrategia bien aplicada y de suficiente suerte para que en el intento no lo asalten, secuestren o maten; a menos que decida ser político.

 

Siendo Alcalde olvidaría lo que significa ir al mercado, pagar la colegiatura o el sacrificio que se requiere para ir a un restaurante en fin de semana, podría gozar de todos los lujos y caravanas instruyendo a su Secretario que se encargue de la cuenta; ahora que si lograse hacerse Gobernador, sus trayectos por tierra serían en camioneta y no superarían 2 horas, porque para lo lejos está el helicóptero y los aviones.

 

Por eso se desgarran por el poder, con tal de atesorar lo impensable en tan sólo seis años, vale la pena mentir, robar, amenazar y hasta pactar con quien sea necesario y todo esto es posible gracias a dos factores adicionales: Representantes de la sociedad civil cómplices o al menos complacientes y un sistema de leyes armado para que no pase nada.

 

Se escucha que la sociedad civil es la que puede detener a esta bola de rateros, que basta con armar comités ciudadanos o involucrarlos en la designación de obra para que todo se transparente. Pero Michoacán es ejemplo de que esta máxima no es tan cierta y menos tan sencilla. Tenemos mesas de seguridad y justicia en las que ciudadanos confrontan a las autoridades cada mes y los crímenes no disminuyen, teníamos un Instituto Municipal de Planeación para que Morelia creciese ordenadamente y se dejasen de dar permisos de uso de suelo según convenga al Alcalde y lo disolvieron antes que sirviera siquiera para cuestionar el parque lineal del río chiquito, se invita a las cámaras empresariales a vigilar los costos de las compras del gobierno pero no dejan de salir compadres millonarios.

 

El otro discurso romántico es el del estado de derecho, un Michoacán en el que impere la ley, en el que el Procurador investigue parejo y en el que la mordida o la influencia no sean suficiente razón para preferir el bien privado sobre el colectivo, pero de eso se habla desde la revolución y todavía no nos hace justicia.

 

Hoy en Michoacán hay una luz de esperanza, lo que sólo en sueños se imaginaba sucedió, una nueva camada de representantes ciudadanos entendió el valor del tiempo invertido en los asuntos públicos, aprovechó los desayunos comidas y reuniones con Diputados, no para dejarse complacer sino para elevar el sentir del pueblo y dar el primer paso hacia el imperio de la ley. El Consejo Michoacano de Negocios lideró a las organizaciones del estado y presentaron una propuesta de ley para que en Michoacán se elimine el fuero de los servidores públicos, para que se deje de usar el puesto como escudo y se rinda cuentas sin importar si se es Diputado o Alcalde. Es sólo el primer paso porque hará falta controlar el tráfico de influencias, pero vale la pena celebrar que los empresarios por fin estemos dispuestos a aceptar que frente al político corrupto ha existido un agremiado con la cartera abierta.

 

Ojalá que Michoacán vuelva a ser ejemplo nacional y que los Diputados que aún estén limpios levanten la mano para aprobarla, ojalá haya suficientes.