"Al menos dos expresidentes de México fueron agentes de la CIA"

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Foto: El Universal. El académico de El Colegio de México participó en el Coloquio M68, que durante este mes realiza la Universidad Nacional

El Universal/La Voz de Michoacán

En el marco del coloquio M68 por el 50 aniversario del movimiento estudiantil de 1968, la Universidad Nacional Autónoma de México presentó el martes la conferencia “La CIA y el 68”, a cargo de Sergio Aguayo, investigador de El Colegio de México, y Kate Doyle, archivista e investigadora estadounidense.

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El investigador comenzó su ponencia haciendo énfasis en la relación autoritaria que tuvo el ex presidente Gustavo Diaz Ordaz con los estudiantes de la época. “Los dos primeros libros que escribí sobre el 68 están basados en archivos de México, Estados Unidos y Europa, y se centran fundamentalmente en el choque de la juventud y el régimen autoritario encabezado por el gobierno de Díaz Ordaz, ese siempre ha sido mi eje central”.

Aguayo explicó que años después de que comenzara su investigación, se enteró por una colega de la Universidad de Boston, Renata Keller, de que la CIA tenía una estación de operaciones en México. “Lo que presento ahora es una mera aproximación, un primer acercamiento de una investigación en curso sobre el papel de la CIA en México, y en especial al movimiento del 68 y sus fatales conclusiones. Tengo la suficiente información para lanzar algunas hipótesis”, menciono el investigador.

Uno de los datos contundentes que ofreció el académico es la relación que mantuvieron Díaz Ordaz y Winston Scott, un oficial de la Agencia Central de Inteligencia que se desempeñó como jefe de estación de la Ciudad de México de 1956 a 1969. “Winston Scott se convirtió en confidente de al menos dos ex presidentes de México, Adolfo López Mateos y, sin duda, de Gustavo Díaz Ordaz. Winston llegó a ser el segundo hombre más importante, después de Ordaz, durante su sexenio”.

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Aguayo también se refirió a la relación de la prensa con Díaz Ordaz y Winston, que eran personajes que salían juntos en fotografías e incluso en un video, y contó que tradujo algunos archivos de la CIA que suponían pagos de dinero al ex presidente: “Díaz Ordaz estaba en la nómina de la CIA. Hay muchas interpretaciones, pero podemos verlo claro; de acuerdo a un documento de la CIA, Díaz Ordaz fungía como un agente”.

“¿Cuál fue el papel de Scott en el 68? —se preguntó Aguayo y respondió ahí mismo:— Tengo la evidencia, la cual pueden ver en mis libros, de que Winston Scott alimentó las fantasías anticomunistas de Gustavo Díaz Ordaz con la tesis de que el movimiento estudiantil era parte de una conspiración comunista internacional que pretendía derrocar a su gobierno y derrocarlo como presidente. En consecuencia, si el movimiento era de traidores a la patria, se justificaba el uso de la fuerza”, afirmó Aguayo.

Otro de los temas que presentó el académico fue el mensaje que envió Winston Scott a Washington la noche del 2 de octubre: “Los primeros disparos fueron hechos por estudiantes desde el edificio Chihuahua; la mayoría de los estudiantes presentes en la terraza de los oradores estaba armada, uno de ellos con una ametralladora; las tropas sólo respondieron al fuego de los estudiantes”.

En el marco del coloquio M68 por el 50 aniversario del movimiento estudiantil de 1968, la Universidad Nacional Autónoma de México presentó el martes la conferencia “La CIA y el 68”, a cargo de Sergio Aguayo, investigador de El Colegio de México, y Kate Doyle, archivista e investigadora estadounidense.

El investigador comenzó su ponencia haciendo énfasis en la relación autoritaria que tuvo el ex presidente Gustavo Diaz Ordaz con los estudiantes de la época. “Los dos primeros libros que escribí sobre el 68 están basados en archivos de México, Estados Unidos y Europa, y se centran fundamentalmente en el choque de la juventud y el régimen autoritario encabezado por el gobierno de Díaz Ordaz, ese siempre ha sido mi eje central”.

Aguayo explicó que años después de que comenzara su investigación, se enteró por una colega de la Universidad de Boston, Renata Keller, de que la CIA tenía una estación de operaciones en México. “Lo que presento ahora es una mera aproximación, un primer acercamiento de una investigación en curso sobre el papel de la CIA en México, y en especial al movimiento del 68 y sus fatales conclusiones. Tengo la suficiente información para lanzar algunas hipótesis”, menciono el investigador.

Uno de los datos contundentes que ofreció el académico es la relación que mantuvieron Díaz Ordaz y Winston Scott, un oficial de la Agencia Central de Inteligencia que se desempeñó como jefe de estación de la Ciudad de México de 1956 a 1969. “Winston Scott se convirtió en confidente de al menos dos ex presidentes de México, Adolfo López Mateos y, sin duda, de Gustavo Díaz Ordaz. Winston llegó a ser el segundo hombre más importante, después de Ordaz, durante su sexenio”.

Aguayo también se refirió a la relación de la prensa con Díaz Ordaz y Winston, que eran personajes que salían juntos en fotografías e incluso en un video, y contó que tradujo algunos archivos de la CIA que suponían pagos de dinero al ex presidente: “Díaz Ordaz estaba en la nómina de la CIA. Hay muchas interpretaciones, pero podemos verlo claro; de acuerdo a un documento de la CIA, Díaz Ordaz fungía como un agente”.

“¿Cuál fue el papel de Scott en el 68? —se preguntó Aguayo y respondió ahí mismo:— Tengo la evidencia, la cual pueden ver en mis libros, de que Winston Scott alimentó las fantasías anticomunistas de Gustavo Díaz Ordaz con la tesis de que el movimiento estudiantil era parte de una conspiración comunista internacional que pretendía derrocar a su gobierno y derrocarlo como presidente. En consecuencia, si el movimiento era de traidores a la patria, se justificaba el uso de la fuerza”, afirmó Aguayo.

Otro de los temas que presentó el académico fue el mensaje que envió Winston Scott a Washington la noche del 2 de octubre: “Los primeros disparos fueron hechos por estudiantes desde el edificio Chihuahua; la mayoría de los estudiantes presentes en la terraza de los oradores estaba armada, uno de ellos con una ametralladora; las tropas sólo respondieron al fuego de los estudiantes”.