Carlos Monsiváis, hombre de infinita cultura

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Hombre curioso por definición, inquietud que lo llevó a ser culto, a conocer de los más diversos temas, desde los más exquisitos hasta los más populares, Carlos Monsiváis pasó a la historia como destacado cronista, ensayista, cinéfilo y entrañable amigo de los mexicanos.

Quien fuera una voz buscada para opinar sobre casi cualquier materia, desde el fútbol hasta las civilizaciones prehispánicas, nació el 4 de mayo de 1938 en la Ciudad de México y estudió en las facultades de Economía y Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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Artistas y pensadores en general reconocían la capacidad de síntesis fuera de lo común que poseía Monsiváis Aceves, con la cual de alguna u otra forma siempre estuvo inmiscuido en la política del país.

Se opuso rotundamente al autoritarismo, al conservadurismo y a la discriminación. Participó en movimientos feministas, apoyó al movimiento del 68, y a aquellas figuras y acontecimientos que implicaban un avance en las ideas progresistas.

Apoyó a las minorías, la despenalización del aborto o la tauromaquia fueron algunos de los temas más controvertidos en cuyo debate participó.

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De acuerdo con el sitio “escritores.org”, después de haber estudiado en las mencionadas facultades universitarias, el escritor trabajó en la misma Universidad Nacional como catedrático en diversas materias.

Todavía en su juventud participó con colaboraciones en diferentes suplementos culturales e impresos mexicanos, tales como los diarios “Novedades”, “El Día”, “Excélsior”, “Uno Más Uno”, “La Jornada” y “El Universal”.

Pero también en las revistas “Proceso”, “Siempre!”, “Eros”, “Personas”, “Nexos”, “Letras Libres” y “Este País”, de México y el extranjero, por mencionar algunos casos.

Como parte de su trayectoria periodística, se desempeñó como secretario de redacción en las revistas “Medio Siglo”, entre 1956 y 1958, y “Estaciones”, de 1957 a 1959, lo mismo que director del suplemento “La cultura en México” de la revista “Siempre!”, de 1972 a 1987.

Una faceta más de su trayectoria fue su responsabilidad primero en la concreción de la colección de discos “Voz Viva de México”, de la UNAM, según la misma fuente.

Con su puntillosa perspectiva habló, escribió y opinó desde siempre para referirse a cualquiera de los “fenómenos literarios, sociales y culturales que implicaban un desacato al autoritarismo, el orden establecido y el conservadurismo”.

Su sapiencia al opinar como al escribir le generaron beneficios como las becas del Centro Mexicano de Escritores y del Centro de Estudios Internacionales de Harvard.

Además, en 1992 recibió un apoyo igual por parte del Fideicomiso para la Cultura, organismo creado el año anterior por la Fundación Rockefeller y varias instituciones mexicanas.

Conforme a información del sitio “literatura.bellasartes.gob.mx”, de su pluma surgieron publicaciones como cinco antologías fundamentales de crónicas literarias que enmarcan los cambios sociales en México.

Se trata de “Días de guardar” (1970), “Amor perdido” (1977), “Escenas de pudor y liviandad” (1981, 1988), “Entrada libre: crónicas de la sociedad que se organiza” (1987) y “Los rituales del caos” (1995), con la que ganó el Premio Xavier Villaurrutia.

Asimismo, Monsiváis publicó libros como “A ustedes les consta” (1980), “Los mil y un velorios” (1994), “Aires de familia: cultura y sociedad en la América Latina” (2000) y “Nuevo catecismo para indios remisos”, por mencionar algunos.

Fue reconocido con los premios Nacional de Periodismo, en crónica (1977); el Jorge Cuesta 1986; el Manuel Buendía 1988; el Mazatlán de Literatura 1988 por “Escenas de pudor y liviandad”; el Xavier Villaurrutia y la Orden Gabriela Mistral 2001, otorgada por el Gobierno de Chile.

Asimismo, la Medalla al Mérito 2003 otorgada por la Universidad Veracruzana; el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la rama de Literatura 2005 y el Premio Iberoamericano de Poesía y Ensayo Ramón López Velarde, otorgado por el gobierno de Zacatecas.

Carlos Monsiváis, quien poseía una capacidad crítica, estatura intelectual y peculiar estilo que le convirtieron en una de las voces más reconocibles del panorama cultural hispánico, murió el 10 de junio de 2010.