Cecilia Bautista, Presea José Tocavén al “Mérito Artesanal”

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Astrid del Ángel/ La Voz de Michoacán.

Morelia, Michoacán.- Hilito por hilito, doña Cecilia urde su vida. Aunque los hilos de sus rebozos son los más finos de la región, la hebra que sostiene su arte es gruesa, pues suma las manos de su abuela, de su madre y ahora de sus hijas y sus nietas.

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La artesana será reconocido el próximo sábado 18 de junio con la Presea José Tocavén Lavín “Mérito Artesanal” en el Teatro Ocampo a las 11:00 horas de día, en el 68 aniversario de La Voz de Michoacán. Ya es mediodía, en Ahuiránhace frío, los charcos indican que hace poco terminó de llover. Los cerros se ven entre el humo que se escapa de las chimeneas; en las banquetas reposan los montones de leña que calientahogares, el olor de la comida se escapa por las puertas de las casas.

Esperamos a la tejedora Cecilia Bautista en su taller, su hijo César nos abrió las puertas, mientras llega la artesana examinamos con la mirada sus herramientas: un conjunto depalos, oalmenos esoes loquedistinguimos los ignorantes del oficio. Las dudas se disipan cuando llega la maestra de 76 años de edad, unode los aparatos se llamavolantín, está hechodemadera, conuna rueda en lo altoque giraparapoder acomodar el hilo antes de comenzar a tejer.

El urdidor, la tejedora, la patakua, cada elemento tiene su nombre. De la pared se sostiene una vara que se une a otra que descansa en el suelo unidos por cientos de hilos, “ese color es de la cáscara de encino”, explica Cecilia, quien como parte de su labor también se encarga de teñir los hilos con los que trabaja.

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Elige la silla pequeña para sentarse, “yome siento aquí cuando trabajo”, el petate lo usa su hija; porque el bastón que cae al piso es con el que trabajan, al apoyarlo con ayuda de un tipo de correa que se colocan en la cintura, de ahí que se le conozca como telar de cintura. Doña Cecilia teje dos horas en la mañana y dos horas en la tarde, el resto del tiempo lo dedica a realizar labores del hogar y a disfrutar de sus nietos, incluso, mientras trabaja.

Cada persona que pasa frente al lugar saluda con cariño a la artesana en purépecha, lengua que se mantiene en la localidad que pertenece al municipio de Paracho. Recuerda cómo le enseñaron a tejer, primero “mi abuelita y luego mi mamá, a los 8 años empecé a trabajar, a hacer rebozos, y luego me salió en mi mente decorar en la punta y luego otra vez, a los 20 años empecé a poner pluma y ahora a las artistas les encanta, cuando voy a México, preguntan: dónde está la señora que pone plumas en la punta”, la cantante de música ranchera María de Lourdes (1939-1997) fue la primera artista que le compró un rebozo, y de ahí en adelante, hasta cantantes y actrices actuales como Aracely Arámbula y Lila Downs.

Para más información consulta la edición impresa de La Voz de Michoacán del 14 de junio de 2016.