Colectivo artístico las desobedientes expone ‘Ni una más’

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Astrid del Ángel / La Voz de Michoacán.
“Es hora de que dejemos de pensar que los feminicidios sólo suceden en Ciudad Juárez, todas las mujeres estamos expuestas, en cualquier lugar del país”, alertó Esperanza Román Valdés, integrante del colectivo artístico Las Desobedientes; en el marco de la conmemoración del Día de Muertos, recordaron a las mujeres que han fallecido por cuestiones relacionadas con su género. “Estamos asustadas, alarmadas, y queremos mostrarlo a aquellos que tengan ojos para ver y corazón para sentir”, agregó.

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Las Desobedientes dijeron ¡Ni una más! Muy a su estilo, con música y artes plásticas, se pronunciaron por el alto a los feminicidios, a través de la colorida intervención de catrinas de barro realizadas en Capula, inaugurada, con el objetivo de poner énfasis en aquello que nadie quiere voltear a ver, qué mejor que a través de las tradiciones regionales que a veces quedan a la sobra de costumbres impuestas por lo comercial.

El Centro Cultural UNAM Morelia fue el sitio de encuentro donde, previo a la inauguración de la exposición, hubo un concierto musical a cargo de Susana Rodríguez Alvarado y Betty Villicaña en el violín y la voz, respectivamente.
Unas pocas velas adornaban el recinto cultural, mientras el olor  de las flores de cempasúchil se extendía por el patio y sus alrededores.

El repertorio interpretado estuvo compuesto por endechas (cantos de lamentación) y otras melodías mexicanas, como “Naila” y “La llorona”. Asimismo, leyeron un par de textos sobre la muerte, uno de ellos de Rosario Castellanos.
Posteriormente, los asistentes pudieron ingresar a un pequeño cuarto de la casona al final de la conocida como Calzada de San Diego, que, curiosamente, es escenario de una leyenda que cuenta que una mujer, doña Leonor, pereció encerrada en el sótano del lugar, donde la dejó su madrastra, cuando supo que un joven la pretendía, por lo que hasta hoy se cuenta la historia de la pálida mano que sale entre las rejas y suplica por un poco de pan para mantenerse viva.

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Entre el público estuvo la diputada Cristina Portillo. Algunas mujeres y niñas caracterizadas de catrinas y curiosos de todas las edades que pudieron reflexionar a  través de las propuestas plasmadas en pequeñas catrinas, de alrededor de 15 centímetros, pero que, a diferencia de sus proporciones, son grandes en creatividad y mensaje, ya que las intervenciones van desde partes del cuerpo separadas, hasta espejos colocados en los rostros, con el objetivo de que el espectador reconozca su vulnerabilidad.

La exhibición estará abierta al público hasta el próximo 8 de noviembre, la entrada es libre.