Franz Kafka, hombre de doble vida que potenció su literatura

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Ciudad de  México.- Considerado uno de los autores más leídos del siglo pasado, famoso por novelas como “La metamorfosis” y “Carta al padre” o “El proceso”, el escritor Franz Kafka es recordado hoy a 133 años de su nacimiento, ocurrido el 3 de julio en 1883, en el antiguo imperio Austro-Húngaro.

Sus padres fueron Julie Löwy y Hermann Kafka, una familia judía de clase media que se dedicaba al comercio.

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Cuentan sus biógrafos que la niñez y juventud del escritor fueron parte nodal para la inspiración que años después reflejaría en sus ensayos, novelas y libros, pues sentía empatía por sus antepasados maternos respecto a su espiritualidad, distinción intelectual, conocimiento rabínico, excentricidad, disposición melancólica y delicada constitución física y mental.

Inició sus estudios en el Altstädter Staastsgymnasium y para la secundaria cursó en un exigente colegio para la élite académica, en el que destacó como buen alumno, siendo admirado por sus profesores; años después se reveló contra sus ideales y se declaró socialista, según datos de la Enciclopedia Británica.

Por esa época, Kafka asistió a reuniones de los anarquistas checos antes de la Primera Guerra Mundial (1914–1919), aunque su personalidad y vida se dividían en dos.

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Por una parte, un individuo pasivo y políticamente no comprometido por su religión y por otra, como intelectual alemán moderno con aspiraciones políticas y culturales que defendía su postura.

El trabajo de sus padres complicó la relación con sus hijos, pues a pesar que su madre se dedicaba a ellos, su padre tenía una actitud y respuesta dura e indiferente hacia el escritor y sus hermanos, lo que en 1919 lo llevó a escribir “Carta al padre”, donde criticó la conducta de su progenitor, su conducta y falta de sensibilidad. La carta no llegó a su padre pero fue publicada.

Su trabajo literario siguió inspirado en su sentimiento de desesperanza, el aislamiento de la gente, los amigos que tuvo, los amores que vivió, el trabajo que ejerció y detestaba, los problemas políticos y de sociedad que en ese momento ocurrían y por la existencia de Dios.

Estas condiciones derivaron en un desarraigo social y contribuyeron a su infelicidad personal toda su vida, pues no pudo equilibrar su parte judía y su parte alemana, expone la biografía que de él publica el portal “kafka.org”.

Para 1902, cuando el literato estudiaba Derecho en la Universidad de Praga, conoció al escritor, compositor y periodista Max Brod (1884-1968), quien fue el promotor, salvador y exponente de los escritos de Kafka, así como su biógrafo.

El novelista obtuvo su doctorado en 1906, posteriormente encontró trabajo en una empresa de seguros, pero las largas jornadas y órdenes tediosas de la Assicurazioni Generali, no le permitían seguir escribiendo.

En 1908 tomó un puesto de trabajo en Instituto de Seguros de Accidentes de los Trabajadores del Reino de Bohemia, empresa para la que trabajó 14 años, pero por cuestiones de enfermedad con la tuberculosis tuvo que retirarse con pensión.

De acuerdo con sus biógrafos, el ensayista era incansable y ambicioso en el trabajo, le gustaba hacer las cosas bien y se ganaba la confianza de sus superiores, como persona era agradable, inteligente y lleno de humor pero su doble vida rutinaria y la agotadora lo orilló a una neurosis que perturbó sus relaciones personales.

Se le relacionó sentimentalmente con Felice Bauer, Milena Jesenská Pollak, con quienes estuvo comprometido pero con ninguna se casó, ya que su vida divida afectó a sus relaciones.

La vida de Kafka cambió en 1923, pues se mudó a Berlín para escapar de su familia y dedicarse a lo que siempre hizo; escribir, en ese momento conoció a la joven judía Dora Dymant de quien se enamoró y estuvo hasta sus últimos días con el escritor, según datos del portal “kafka.org”.

Entre sus obras figuran títulos como “América” (1913), “El Proceso” (1914), “El Castillo” (1922), “Descripción de un combate” (1905), “Preparativos de una boda en el campo” (1907), “Los aeroplanos de Brescia” (1909), “La condena” (1912), “La metamorfosis” (1913) y “Un artista del hambre” (1924).

Otras de sus publicaciones son: “Contemplación” (1913), “La Colonia Penitenciaria” (1914), “El maestro de pueblo / el topo gigante” (1914), “Blumfeld, un solterón” (1915), “Un Médico Rural” (1919), “La Muralla China” (1924), “La construcción” (1923), “Josefina la cantora o el pueblo de los ratones” (1924) e “Investigaciones de un perro” (1924).

Kafka no quería que sus escritos se publicaran y ordenó que después de su muerte se destruyeran, pero su amigo Max Brod reconoció el talento y consideró que el legado literario del novelista lo debían conocer todos, por ello publicó póstumamente sus obras.

El grupo Kafka Society of América es una sociedad que se formó en 1975 por Maria Luise Caputo-Mayr con sede en Filadelfia, se dedica al intercambio académico sobre los estudios internacionales del autor, y cada año en el mes de enero celebra congresos mundiales.

En 1977 nació la revista “The Journal of the Kafka Society of América” por el profesor Julius Michael Herz, en dicha edición se publican los resultados de las convenciones del escritor así como artículos, ensayos, bibliografías y materiales de interés, de acuerdo con datos del portal oficial de la sociedad mencionada.

También destacan sus escritos personales “Cuadernos en octava” (1917), “Diarios” (1910-1923), “Cartas a Milena” (1924) “Cartas a Felice” (1924).

Franz Kafka es considerado uno de los escritores más destacados del siglo XX por su imaginación al escribir y plasmar detalladamente los sentimientos que sentía cada personaje, sus libros han sido traducidos a varios idiomas, también varios de sus obras más prestigiadas se siguen publicando.

El escritor alemán Franz Kafka murió el 3 de junio de 1924 a causa de la tuberculosis.