Homenajean a Amalia Hernández

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Foto. El Universal. El tributo fue una fiesta. Eduardo García Barrios, director huésped de la Sinfónica Nacional contagió con su energía a toda la Orquesta.

El Universal/ La Voz de Michoacán

 

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Ciudad de México. El grito de ¡Viva México!, ¡Viva Amalia! al ritmo del tradicional "Soy puro mexicano" convirtió el escenario y los pasillos de la sala principal del Palacio de Bellas Artes en una pista de baile y en una fiesta absolutamente mexicana con la que se cerró la gala dancística de Homenaje por el Centenario de Amalia Hernández.

Sobre el escenario y los pasillos del recinto, los bailarines del Ballet Folklórico de México pusieron a bailar y a aplaudir hasta al más tímido de los asistentes que llenaron el Palacio de Bellas Artes. Ese recinto, que de manera ininterrumpida ha recibido a la agrupación dancística, vibró con los diversos ritmos con los que celebraron a su creadora.

El tributo fue una fiesta. Eduardo García Barrios, director huésped de la Sinfónica Nacional contagió con su energía a toda la Orquesta, incluso una de las intérpretes bailó con él el Danzón no. 2 de Arturo Márquez, mientras que sobre el escenario la primera bailarina del Staatsballet Berlin, Elisa Carrillo, hacía lo propio con su pareja de baile, y en los pasillos del recinto el público se levantaba a bailar invitados por los bailarines.

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La figura de Amalia Hernández logró una confluencia de creadores. No sólo Elisa Carrillo fue invitada a participar en esta gala donde interpretó además de un fragmento del Danzón, un solo en los Sones antiguos de Michoacán, sino que también la Compañía Nacional de Danza estuvo presente e interpretó las dos primeras piezas del programa: La noche de los mayas, primer movimiento de la pieza de Silvestre Revueltas; y Los mayas.

En la fiesta que congregó a cientos de asistentes en Bellas Artes, y a otros miles a las afueras donde se proyectó en directo la gala, no hubo intermedio ni tregua, las decenas de bailarines que integran el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, presentaron un programa único que fue de Los Mayas, a Guerrero, Guerrero, y de ahí a un fragmento de Suite México 1910, de Manuel Esperón; luego La Revolución, seguido del danzón Nereidas, de Amador Pérez Torres; y ya entrados, a la Fiesta de Tlacotalpan, para dar paso a la energía y fuerza de Los matachines.