Libros humanos en la Biblioteca Vasconcelos

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En el marco de la semana de Igualdad de Género, la Biblioteca Vasconcelos y la Embajada de Suecia ofrecieron libros humanos para sus lectores. Dicho concepto nació en la feria del libro de Copenhague, Dinamarca en el año 2000.

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Una de las finalidades en esta interacción entre los lectores con libros humanos es el diálogo entre culturas, preferencias sexuales, gustos, traumas, fobias, obsesiones, pasiones, pensamientos filosóficos, recetas de cocina y por supuesto hasta otras recomendaciones de libros "y como toda biblioteca entre más diversos sean los libros, pues más rica es la biblioteca", apunta Ramón Salaberria, responsable en la organización de este evento que por primera vez se lleva a cabo en México con la aportación de mucho talento sueco.

La única limitante fue, como siempre, el tiempo. Sólo había 15 minutos para leer cada uno de los 16 libros humanos y en tres horas es imposible leer todos. Interactuar con su autor implica introducirse en un camino laberíntico donde se puede iniciar por el epílogo o hacer preguntas sólo de la cubierta, o a veces hablar de otras preguntas que el lector tenga.

El "Best Seller" de esta ocasión fue Mi vida como Catrina, un promotor de lectura, vecino de la colonia Tláhuac, llamado Néstor que, vestido de "muerte", no tuvo tiempo para descansar por charlar con sus lectores durante tres horas.

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"A los niños les interesa leer, el asunto es la mediación, es lo que dificulta que los niños quieran o no leer", dijo La Catrina, al referir que la mejor manera de "enganchar" a los niños a que lean es leerles un buen libro en voz alta, "de ahí te va a pedir que le recomiendes otro y tú ya debes tener dos o tres que sabes que son un hit y que lo van a enganchar".

Pero no por ser "Mi vida como Catrina" el más solicitado fue necesariamente el más interesante, muchos títulos como "¿Por qué es tan difícil la relación entre hombres y mujeres?", "Cómo ser un papá gay sin morir en el intento", "Los hombres no bailan", "No pudo estudiar pero supo educar", "¿Yo también puedo ser lesbiana?" o "Una libertad diferente" convergieron en este evento que pronto, según Salaberria, se va a repetir.