"Me duele el suicidio y las acusaciones de González de Alba"

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Ciudad de México.- La escritora, activista y periodista Elena Poniatowska Amor (Francia, 19 de mayo de 1932) reconoció que le ha dolido el suicidio del divulgador de la ciencia, escritor y periodista mexicano Luis González de Alba, sucedido el pasado 2 de octubre. Pero, más adolorida está “porque su último mensaje escrito fue en contra mía”.

Ubicó el origen de sus diferencias con el suicida en los años 60 del siglo XX. Ella era una joven periodista, y González de Alba estudiante de sicología en la UNAM. Durante los hechos del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, él fue detenido e internado en la cárcel de Lecumberri por dos años, mientras ella se dedicó a reunir información del caso.

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Resultado de lo anterior son los libros “La noche de Tlatelolco” (1971) de Poniatowska, un texto de referencia para un primer acercamiento a ese movimiento de trascendencia mundial, y “Los días y los años”, en el que González de Alba relata sus experiencias en Tlatelolco, donde supuestamente algunos de sus compañeros y amigos perdieron la vida.

Entrevistada en su domicilio particular, Poniatowska advirtió como datos significativos que los dos libros se publicaron al mismo tiempo, y que en el último mensaje escrito por su colega periodista González de Alba, éste ataca a Jan Poniatowska, “mi hermano de 21 años, quien murió el 8 de diciembre de 1968 en un accidente automovilístico”, subrayó.

Mencionó que la pérdida de su hermano fue una tragedia para toda la familia, y aclaró que a pesar de que en alguna ocasión Jan estuvo presente en algún suceso del 68, nunca perteneció al movimiento estudiantil. “González de Alba tardó 30 años en atacar mi libro, decir que tiene equivocaciones, y pedir que se retiraran de sus páginas testimonios de él”.

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La mohína de González de Alba se debía a que, según él, Poniatowska hace aparecer en “La noche de Tlatelolco” a su hermano como una víctima más del macabramente célebre México 68. Luis “desmintió” a la autora, quien sólo dedicó su obra al hermano fallecido. De paso, González de Alba acusa de homosexual a Jan, quien al morir tenía a su novia.

Explicó que efectivamente, la editorial Era, sello que publicó “La noche de Tlatelolco” se dio a la tarea de editar la obra y sacar de su contenido el testimonio de González de Alba, “pero él me persiguió toda la vida, se volteó en contra mía y yo nunca le contesté, y ahora menos pienso hacerlo”, puntualizó la entrevistada, visiblemente incómoda por esa situación.

Empero, informó, va a hacer un libro que titulará “Mi hermano Jan”. “Lo haré porque él no tuvo nada que ver con las diferencias entre Luis y yo. El odio de González de Alba, que lo llevó a quitarse la vida, es algo que a mí me espanta. Mi madre perdió un hijo y no se mató; el acto de libertad y valentía consiste en seguir viviendo con ese inmenso dolor”.

“Será un libro doloroso. Le voy a dedicar mucho cariño y mucho dolor también, pues para mi familia lo peor que le pudo suceder fue la muerte de uno de sus muchachos, de 21 años.

Además, ‘La noche de Tlatelolco' es un coro de voces. Lo que me contaron yo lo creí, y si hubo errores, fueron del diálogo o de la fuente, pero no mal intencionadas”.

La entrevistada se dio a la tarea de reunir durante varios meses una suerte de mosaico de muchas voces de estudiantes, profesores, padres y madres de familia, soldados y amigos de los jóvenes estudiantes que participaron en el movimiento, así como de vecinos de la Unidad Nonoalco-Tlatelolco, testigos de los hechos, y fotógrafos de prensa y reporteros.

“A Luis González de Alba nunca le pareció justo que mi libro fuera exitoso, porque yo no estuve en el movimiento ni en la cárcel como él. Decía que él sí había vivido la soledad, sufrido y estado en la cárcel, pero otros compañeros de él como Gilberto Guevara Niebla también sufrieron la cárcel, la soledad y la falta de comunicación y sin embargo, nunca se les ocurrió llenarme de acusaciones”.

Nunca se les ocurrió, enfatizó Elena Poniatowska, “acusar a una periodista que todos los domingos acudía a la Cárcel de Lecumberri y recogía testimonios de varios muchachos. Muchos encarcelados me mandaban sus testimonios a través de abogados como Carlos Fernández del Real, y con eso yo hice ‘La noche de Tlatelolco'”, finiquitó la entrevistada.