Muestran globos de cantoya en Centro Histórico

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Foto: Wendy Rufino
Foto: Wendy Rufino

Querían ver todo y no vieron nada. El peor lugar en el peor momento. Cientos de personas acudieron a la cita con la exhibición de globos de cantoya anunciada, otros fue solo por coincidencia que se quedaron a ver qué pasaba en medio del círculo que se formó en la plaza Melchor Ocampo, justo en frente de Palacio de Gobierno, abajo del imponente árbol que custodia la catedral de la ciudad.
-Quiero ver ma'.
Reclamaba una niña  a su mamá, quien finalmente accedió a cargarla en hombros.
A su lado, una mujer comerciante pedía a un niño regordete que no se  recargara en su mercancía porque la estaba maltratando, conforme se reunió mas gente en el lugar, dejó de pelear y se resignó a que su mercancía había quedado atrapada, además en el puesto de enfrente le pedían  un raspado  y, como buen mercader, no dejaría ir una venta. Esos no ran los únicos negocios de la señora, también atendía un carrito de burbujas, baritas y diademas luminosas.
La torre de la catedral y los balcones de los alrededores se vistieron de gala para el evento, con banderas rojas con amarillo, quizá también porque la ciudad está próxima a celebrar su aniversario. Aunque la lluvia de la tarde cesó mucho antes de las 19:00 horas, el aire hacía que los encargados de hacer la magia batallaran y  lograran presentar cuatro globos en 45 minutos.

La corriente de viento empujaba el papel y no permitía que se inflara el globo. Luego de inflar un globo mediano, algunos de los espectadores de la primera fila se fueron decepcionados de que no elevaran el esférico de papel, sino que lo desdoblaran para sacar otro.
La gente seguía llegando y se metía por donde podía al círculo de gente, otros se colgaban de la reja del monumento religioso.
En promedio 12 minutos para llenar de aire cada globo, de intermedio el show en la planta alta de la esquina de las avenidas Madero y Morelos, principalmente mujeres maduras que primero bailaban en el balcón y luego dentro con las puertas abiertas y la música con el volumen más alto que cualquier bar de la zona.
El cuarto globo fue el más grande, al inflarse dejó ver niños corriendo alrededor, cada uno con un globo que salía de la superficie del globo original. Quienes quisieron conservar el recuerdo se tomaron una fotografía con el colorido artefacto volador.
Tres minutos después de las 20:00 horas, comenzaron a caer gotas del cielo. El papel con el que están hechos los globos es tan sensible como ágil para elevarse,  por lo que puso en riesgo la exhibición.  Los puestos de comerciantes ambulantes -con una oferta que va desde esquites hasta bisutería-, los paristas con sus lonas que roban la mitad de la plaza y sus  carros en la calle, y los enfiestados de la terraza continuaron en lo suyo.

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