Precursor de La Catrina 3D creará un parque escultórico

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Capula, Michoacán.-Llegamos de improviso, nadie nos esperaba, así que al escuchar el carro afuera de la propiedad una mujer sale a ver quién era a través de una malla metálica. Juan Torres no estaba en su taller, “anda en la plaza, ensayando el baile para la Feria Nacional de La Catrina”, comenta su esposa, mientras una mujer y un hombre que, pese a ser sábado en la mañana y haber un funeral en el panteón cercano, se esmeran en los detalles de unas piezas de barro que están por terminar.

Con una llamada al celular se resuelve todo, en cinco minutos llega el artista, vestido con pantalón de mezclilla, una playera gris, zapatos cómodos y un sombrero tejido, “así ando siempre” confiesa más adelante en la entrevista, cuando relata una vez que no lo dejaban pasar en la Secretaría de Turismo del estado.

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El pintor Juan Torres llega a la comunidad de Capula hace 35 años, su hija tiene un año de vida. Ante la falta de actividades para los niños en la localidad, cuando la pequeña cumple 10 años, el artista decide abrir una escuela de cerámica infantil; más tarde, hace aproximadamente 18 años, abre su taller para dos generaciones de jóvenes, con quienes comparte no sólo la técnica y los diseños para realizar las piezas básicas de la alfarería, sino también de la catrina, esa figura de la calavera elegante, inspirada en la garbancera de Posada, que se convierte en tridimensional de la mano de Torres.

El moreliano ya había presentado un par de exposiciones de calaveras en la capital del estado, aunque la mayoría de las piezas fueron compradas por visitantes de Monterrey. La repercusión de los discípulos fue tan marcada que al regresar a sus casas reprodujeron los modelos con sus familias, enseñaron a sus hermanos y padres, hicieron sus propios talleres y actualmente se estima que el 60 por ciento de las familias de Capula viven del proyecto que nació en el taller de Juan Torres. Aunque, “tuve que pagarles para que estuvieran interesados en venir, al principio no tenían mucha fe”.

Ahora se propone crear un parque escultórico en el jardín de su casa, que ya cuenta con varias obras hechas con piedra y metal, algunas inspiradas en lo prehistórico, con piedras amontonadas, otras con figuras de ángeles estilizados. Si bien se ve fuerte y sano, está consciente de que la vida tiene final, y él quiere que el sitio donde ha vivido con tranquilidad, se convierta en una fundación, “no pienso heredar esto a mis hijos, el día que me hicieran un fraccionamiento de Infonavit me doy vueltas en mi caja”, advierte.

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La casa que habita Torres fue diseñada y construida por él, tardó un año en aprender lo que necesitaba, ya que respetó la forma del terreno y aprovechó las grandes piedras, así como los materiales de la región para construir las paredes que aplanó con sus manos y la tierra de los alrededores.

Para más información consulta la edición impresa de este 15 de septiembre del 2015 en La Voz de Michoacán.