Recuerdan al pintor Alejandro Santiago a 3 años de su muerte

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Ciudad de México.- El pintor y escultor Alejandro Santiago, quien dio nuevos bríos a la pintura oaxaqueña y destacó por realizar pinturas, esculturas y protestas sociales en pro de una mejor sociedad, es recordado a tres años de su muerte, ocurrida el 22 de julio de 2013.

De origen zapoteco, Alejandro Tereso Santiago Ramírez nació el 22 de abril de 1964 en Teococuilco distrito de Ixtlán en la Sierra Norte de Oaxaca y pequeño demostró su interés por la pintura ya que pintaba el piso o las piedras, costumbre que nunca dejó.

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Su inquietud por incursionar en la pintura se debe a la experiencia que vivió cuando su mamá lo mandaba a comprar cajas de cerillos a la Central de Abastos, de aquellos que al reverso tienen fotos de paisajes y con ellas hizo una colección.

Según el portal “elbarrioantiguo.com”, después de cumplir nueve años de edad, Alejandro se mudó junto a su familia a la Ciudad de Oaxaca en busca de nuevas oportunidades laborales y una mejor calidad de vida. En esta época trabajó como diablero en diferentes mercados.

Estudió arte en el Taller Rufino Tamayo (1899-1991), después de incursionar en las artes y terminar su formación, radicó durante 10 años en Estados Unidos, Francia, Alemania y Bélgica, donde subsistió creando y vendiendo cuadros.

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Durante su viaje aprendió diferentes técnicas por lo que su sello personal se caracterizó utilizar una paleta de colores, y por tener influencias de pintores oaxaqueños y franceses.

De acuerdo con sus biógrafos, Alejandro Santiago se casó con Zoila López con quien procreó dos hijos, Lucio y Alejandra. Se dice que al ver a su hija construir castillos de arena, decidió crear una serie plástica dedicada a las mujeres en todas sus facetas.

De esta forma creó la muestra “Una mujer desesperada” en el que incluyó la historia de Felícitas Martínez y Teresa Bautista, locutoras de la región triqui asesinadas por trabajar en radio comunitaria.

Una de las características del pintor fue que trabajaba con un cuchillo al que llamó “zopilote”, mismo nombre de su rancho, en el que recibió a jóvenes para aprender cerámica y bruñido en bronce, litografía o en talla en madera.

El artista tenía una preocupación por la sociedad oaxaqueña y sus problemáticas, siempre se inspiró en ello para sus creaciones, además de que fundó los centros culturales La Telaraña y La Calera.

Alejandro Santiago vestía de manta, huaraches y mezclilla en algunas ocasiones, por lo que en 2007 en la inauguración del Forum Universal de las Culturas en Monterrey donde se exhibió su obra “2501 Migrantes”, le negaron el acceso.

La obra “2501 Migrantes”, una colaboración con The Bond Latin Gallery, fue resultado de su viaje a la frontera de Tijuana y Estados Unidos, donde observó las cruces de los migrantes indocumentados.

En ese momento eran dos mil 500, pero Alejandro mencionó que siempre habría uno más por ello agregó el uno a la cifra, la obra consiste en 2501 figuras con forma humanoide, hechas con arcilla y barro en honor a todos aquellos migrantes que no pudieron llegar a su destino, señala la página oficial de la exposición.

También realizó exposiciones individuales en galerías de Oaxaca, Ciudad de México, París, Portland, La Habana, California, además de Centro y Sudamérica.

“Que el arte no sea sólo para el centro y para unos cuantos, el arte también es el entorno. Así los niños y niñas no crecerán con la idea de portar un arma, y sí empuñar un lápiz o un pincel como modo de vida”, señaló en alguna ocasión el artista plástico.

Alejandro Santiago falleció en su natal Oaxaca, el 22 de julio de 2015 a los 49 años de edad, a causa de un infarto fulminante.