Hollywood prefiere Marruecos para filmar

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"¡Silencio!", grita el asistente del director en inglés, francés y árabe al comenzar la filmación de una escena de la serie "AD La Biblia continúa", que transcurre en Jerusalén. Aunque las puertas en arco, los balcones y los muebles son todos del Israel de la era romana, en la vida real la filmación se hace en el sur de Marruecos.

Los espectadores de todo el mundo tal vez no lo sepan, pero han visto muchas veces Marruecos en los últimos tiempos. Pasó por Bagdad en "El francotirador" (American Sniper), por Teherán en la serie televisiva "Homeland", por Malí en "Odisea americana" y por Egipto en la miniserie "Rey Tut". También ha pasado por Somalia en numerosas ocasiones, incluidas la cinta del 2001 "Blackhawk Down" y, en 2013, "Capitán Philips". Este año hará de Arabia Saudita en "Holograma para un rey", protagonizada por Tom Hanks.

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En 2014 Marruecos fue un gigantesco estudio cinematográfico, que generó 120 millones de dólares como escenario de cintas extranjeras.

El reino norafricano le está sacando provecho a su estabilidad y sus sitios exóticos, aunque ejecutivos de la industria cinematográfica dicen que debe hacer más, y ofrecer más incentivos, para explotar todo su potencial. Encara una fuerte competencia de Sudáfrica y otras naciones que sí tienen incentivos impositivos.

El futuro de la industria cinematográfica de Marruecos depende en buena medida de lo que puedan ofrecer para convencer a los estudios de que no se limiten a explotar los exteriores y empleen también las instalaciones locales. El objetivo final es que Hollywood filme películas enteras en Marruecos, según Sarim Fassi-Fihri, director del Centro Marroquí para la Cinematografía, que supervisa esa industria.

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"El día que Marruecos ofrezca incentivos impositivos, toda la industria se va a venir aquí", pronosticó, puro en mano y luciendo un sombrero de fieltro. "Si hoy captamos 120 millones de dólares, con esos incentivos llegaremos a 200 o 250 millones".

Sacó luego una serie de folletos publicitarios de competidores en Turquía, Colombia, Macedonia, Holanda, Irlanda e incluso la provincia canadiense de Manitoba, todos los cuales prometen devolver entre el 20% y el 40% de los impuestos.

Desde 1962, en que David Lean filmó escenas de "Lawrence de Arabia" en Marruecos, las compañías cinematográficas han estado usando sus desiertos, sus montañas y sus ciudades cada vez que necesitaron escenarios exóticos. En los enormes Estudios Atlas en el desierto de Uarzazat hay sets de decenas de películas filmadas a lo largo de varias décadas.

Aquí es posible montar el camello usado por Nicole Kidman en "La reina del desierto" o visitar el faraónico set de la película francesa de 2002 "Asterix y Obelix conocen a Cleopatra" o las fortificaciones que Ridley Scott construyó para recrear la Jerusalén medieval de la cinta "El reino de los cielos", de 2005.

Marruecos fue alguna vez escenario de numerosas películas bíblicas, pero hubo un período en que se dejó de filmar allí. Ahora que se pusieron nuevamente de moda las cintas sobre temas bíblicos, el reino está de nuevo en el candelero. En determinado momento a mediados de año, hubo tres actores haciendo de Jesús en distintas producciones, todos alojados en el principal hotel de Uarzazat.

El nuevo boom llega después de algunos años de poca actividad, a partir de la crisis financiera mundial de 2008. La agitación social de la Primavera Árabe de 2011, por otro lado, hizo que las compañías aseguradoras descartasen filmar en el Medio Oriente. Marruecos, no obstante, está siendo usado como escenario de nuevo.

El reino tienen la gente y los paisajes necesarios para satisfacer toda filmación con temas del desierto, pero no registra las tensiones políticas de otras naciones de la región.

"De hecho, la Primavera Araba nos ayudó. Nadie quería ir a Túnez ni a ningún otro lado, y venían a Marruecos porque era mucho más segura", declaró Khadija Alami, director de una de varias productoras cinematográficas nacionales asociadas con empresas internacionales.

Alami trabajó primero en la comedia "Espías como nosotros", de 1985, con Chevy Chase, y acto seguido hizo "Ishtar", con Warren Beatty y Dustin Hoffman. En 1998 fundó su propia productora, la cual reúne personal, consigue permisos y selecciona lugares para filmar.

El gobierno, por otro lado, aun cuando no ha aprobado los tan codiciados incentivos impositivos, facilita de otras formas el trabajo en Marruecos e incluso ofrece los servicios de su ejército por sumas razonables.

Con excepción de los helicópteros, el equipo militar usado en "Blackhawk Down" fue aportado mayormente por el ejército marroquí y los soldados a menudo hacen papeles secundarios en escenas que requieren multitudes.

El gobierno hasta permitió el cierre por tres semanas de la principal carretera entre Marrakech y el puerto de Agadir para la filmación de "Misión Imposible 5" el año pasado.

Más importante todavía, Marruecos tiene la reputación de ser mucho más tolerante que otros países musulmanes que encuentran algunas costumbres occidentales inaceptables. Algunas naciones conservadoras del Medio Oriente no quieren saber nada de filmar historias bíblicas y con frecuencia las películas de suspenso en boga que transcurren en el Medio Oriente son de un tono político demasiado subido para varios países islámicos.

"Tenemos un gran boom porque Marruecos es el país musulmán más liberal", afirmó Eamon Patrick, uno de los productores de AD....".

"Por eso, cualquier película con escenarios contemporáneos del Medio Oriente se filma mayormente aquí", agregó.