¿Alguien se ha puesto a pensar en la botella de su bebida?

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

El Universal/La Voz de Michoacán

Ciudad de México. Un tema interesante que pocas veces se comenta entre fanáticos y estudiosos de los fermentados de uva es la botella, sí, ese envase inerte dedicado a almacenar y proteger los preciados aromas y sabores de un vino.

PUBLICIDAD

¿Por qué las botellas de vino son de vidrio?, ¿qué determina su color?, ¿qué hay de su forma? Utilizado desde la antigüedad para guardar todo tipo de caldos, el vidrio es el material preferido de la industria vitivinícola internacional. Al ser neutro, natural, inerte e impermeable, este material permite preservar los aromas y sabores más originales del líquido en su interior.

¿Particularidades físicas? Todo el vidrio para la industria vitivinícola surge a partir de una mezcla de arena (óxido de silicio), piedra caliza y óxidos metálicos pulverizados o granulados. Éstos se mezclan con vidrios reciclados, se trituran y se funden en hornos a más de 1,500 °C; el material resultante se enfría ligeramente y se corta, para después ser moldeado.

PUBLICIDAD

Una vez formadas, las botellas se calientan y enfrían en repetidas ocasiones, método que ayuda a robustecerlas. Sólo las piezas que han comprobado su resistencia e impermeabilidad se destinan al almacenamiento del vino.
¿Particularidades cromáticas? Primero que nada, es importante aclarar que el origen del color en las botellas de vino responde a la casualidad; sin métodos para depurar y filtrar las impurezas del vidrio, las antiguas botellas adoptaban coloraciones verdes o ambarinas muy turbias.

Con el paso del tiempo, estas tonalidades confirmaron su habilidad para mantener el buen estado del líquido al interior. Sí, hoy sabemos que la opacidad de la botella ayuda a bloquear los dañinos rayos ultravioletas.

Entre los colores más comunes en la industria vitivinícola se cuenta el verde, el amarillo pálido, el ámbar y el vidrio transparente. Aunque no existen reglas, es posible asociar botellas de tonos verde oscuro, casi opaco, con el almacenamiento de espumosos; los vidrios verdes con matices aceituna, a vinos tintos; los ámbar o marrón oscuro, a oportos, vinos de jerez y vinos dulces alemanes; los amarillos pálidos, a blancos, y los transparentes, a fermentados que buscan evidenciar su color, como los rosados.

¿Y la forma? Aquí debemos apuntar a la funcionalidad. La botella Bordelesa, por ejemplo, posee hombros altos y pronunciados que la hacen ideal para vinos de guarda. Al acostarla, el corcho se mantiene humectado pero apartado de sedimentos, que quedan atrapados en dichos hombros.

Caso particular es el de las botellas destinadas a almacenar espumosos, elaboradas con vidrio mucho más grueso y robusto… ¡Exacto!, capaz de soportar la gran presión del gas carbónico.