A su suerte, viven entre la pobreza y el peligro en La Joya

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Foto: Eduardo Alonso. Al pie de la Avenida La joya, donde comienza el camino hacia Atécuaro, Pedro, un niño de 5 años juega al pie de la carretera con un triciclo.

Tsuri Chávez/La Voz de Michoacán

 

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Atécuaro, Michoacán. Al pie de la Avenida La Joya, donde comienza el camino hacia Atécuaro, Pedro, un niño de 5 años juega al pie de la carretera con un triciclo, en las inmediaciones de su actual refugio, un campamento hechizo que consta de un colchón, una lona que funge como techo y una fortaleza de cartón remojado por las recientes lluvias, mismo que resguarda su madre.

El lugar, un lote baldío que colinda con una construcción de tabique, está lejano de ser un refugio suficiente para cualquier persona, ya que una lona agarrada de dos extremos y sostenido por un palo de no más de un metro de largo es lo que compone la estructura del campamento.

En el interior, que es visible desde la distancia, yace un colchón húmedo, y un montón de cobijas apiladas son la cama, cuarto, y lugar de descanso de la señora Chávez y de Pedrito, quienes habitan este lugar desde hace aproximadamente 8 días.

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Lo que sucede, de acuerdo a lo que relató la madre de familia, quien a su vez se mostró desconfiada de brindar parte de su historia, finalmente relato que ella, su hijo y su padre, Don Ramiro Chávez, un exjinete de jaripeo, fueron corridos de la obra en construcción vecina a este refugio, lugar en el trabajaron como veladores durante cerca de 8 meses.

Actualmente, en el improvisado refugio solamente duermen Pedro y su madre, ya que Don Ramiro Chávez, Alias La Cariñosa, habita en una casita que le prestan, justo a unos metros de donde se encuentra el campamento antes mencionado.

De acuerdo al testimonio de Don Ramiro, hace poco más de ocho días fueron corridos de la mencionada obra por parte del dueño, un señor Armando, quien además no le pago por los servicios de cuidar la propiedad.

Yo trabaje en la obra desde que se comenzó hasta que se terminó o en el avance que lleva, más o menos de 8 meses o un año, me pidieron que fuera a cuidarles la casa y ahora ya no me quieren pagar”, expuso el señor Chávez.

Sin precisar cuál es el monto que le deben, ya que aseguro el jefe es el que sabe con exactitud, dijo que le había prometido un pago de 800 pesos semanales, 400 para él y 400 para su hija, mismo que no ha recibido hasta la fecha.

La situación que ha sido motivo de atención por parte de los vecinos del lugar, derivo en que un vecino se acercara a las cámaras de este medio de comunicación para externar la preocupación, que tanto su hija, como el señor Ramiro y el menor, Pedrito, causan para quienes son testigos cotidianos de esta situación.

El vecino en cuestión, indicó que la inclemencia del clima, ya que por las mañanas “hace mucho frío”, así como las lluvias que son propias de la temporada son un riesgo para la salud de la madre y del menor.

A lo que se suma la precariedad del improvisado refugio, del cual, la propia madre externo ser suficiente para ella y para su hijo, una situación que a ojos del vecino es completamente un riesgo para la seguridad de ellos mismos.

El niño se la pasa ahí, no va a la escuela y están a la intemperie, hace mucho frío por las mañanas y casi a diario ha llovido, no son las condiciones adecuadas para el niño, es del que más debemos de preocuparnos”, externó el señor quien prefirió no dar su nombre.

La madre de familia, quien dijo tener 40 años y quien tiene un problema de artritis muy notorio en las manos, indicó que no se movería de este lugar hasta que le paguen lo que le deben a su padre, además de que no consideraba necesario moverse de ahí, pese a la lluvia y a las inclemencias propias de habitar en la intemperie.

Un poco molesta por haber sido abordada, entre un par de groserías al referirse a lo innecesario de mudarse donde vive su padre, indico “Para qué putas me muevo para allá, aquí estoy tranquila, no pasa tanto wey”, aseguro.

Alzo la voz al referir no querer ayuda de nadie, ya que indicó “No quiero ayuda, esa ayuda luego me lo cobran, nada en esta vida es gratis, ahorita te ayudan y al rato es un dineral bárbaro”, razón por la cual tampoco pide ayuda al gobierno, ya que se dijo desconfiada de que “le fueran a cobrar”.

Sobre este caso, fue alertado el DIF estatal, que, aunque no se realizó la denuncia formal, informaron turnarían la denuncia ciudadana, de la cual, el primer indicio fue por parte de los vecinos del lugar, a las instancias correspondientes.

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