Ansiedad frente al Congreso por juicio político a Rousseff

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Brasilia.- Miles de manifestantes se congregaron hoy en dos bandos separados por un inmenso muro a las puertas del Parlamento en Brasil, debido al juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff.

 

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Para unos el “impeachment” (juicio político) supone una esperanza de cambio en un país azotado por la corrupción y una histórica recesión; para otros, es un intento de “golpe” para acabar con 13 años de políticas de izquierda y de derechos sociales.

 

“Creemos en la democracia y estamos aquí para defenderla”, explicó a Notimex Ana Cristina Ferreira, profesora de primaria y militante del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

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“Las políticas sociales están en riesgo. Hay un desafío a nuestro proyecto de país. Los que apoyan el “impeachment” quieren que perdamos los avances sociales y laborales. Pretenden usurparnos las conquistas de los últimos años”, aseguró, vestida de rojo; como muchos, en uno de los dos espacios habilitados para manifestarse frente a la sede del Legislativo.

 

El ambiente del lado de los que manifestantes que apoyan a Rousseff y califican de “golpe de Estado” el juicio político, que se vota este día en el plenario de la Cámara de Diputados, era de aprensión y ansiedad por el riesgo de que el PT pierda el poder tras 13 años en el poder.

 

“Esto es un golpe contra el pueblo brasileño. Ellos no quieren mejorar Brasil, solo quieren derrumbar al PT, imponer el modelo neoliberal. Son irresponsables, trogloditas. El mundo va adelante y nosotros hacia atrás”, dijo Antonia Lucia Cavalcante, una funcionaria de 60 años llegada en autobús desde el estado de Goiania.

 

Cuestionó “¿cuánto tardaremos en volver a la democracia?, ¿cuántas generaciones serán perjudicadas por este golpe?”.

 

“Vamos a luchar hasta el fin. Estamos aquí porque creemos en el modelo social. Si el ‘impeachment' avanza no abandonaremos las calles. No aceptaremos de ninguna forma el golpe. El país va a ser incendiado. No van a quitarnos nuestros derechos”, aseveró.

 

Mientras tanto, a pocos metros un inmenso muro de metal dividía a los manifestantes en dos bandos.

 

“Ese muro es una vergüenza. Pero es necesario porque es el clima está muy tenso”, opinó Cavalcante, mientras cientos de policías realizaban exhaustivos registros en las bolsas de los manifestantes y cientos de miembros de las fuerzas de seguridad eran desplegados en las inmediaciones del Parlamento ante la posibilidad de enfrentamientos.

 

Del otro lado del muro, el rojo dejaba paso a los colores verde y amarillo de Brasil, y Dilma Rousseff, elegida hace apenas año y medio con 54 millones de votos, era calificada de culpable por la recesión del 3.8 por ciento, el desempleo y la corrupción alrededor de la petrolera estatal Petrobras.

 

La opinión de muchos, sin embargo, era que el “impeachment” era solo el inicio de un cambio político en Brasil que debe ser realizado a través de unas nuevas elecciones generales.

 

“Ahora es el momento del cambio. Primero es el ‘impeachment' contra la presidenta. Pero la corrupción está generalizada, está dentro del Parlamento y del gobierno, y no se acabará solo con la salida de Rousseff”, explicó a Notimex Rivanaldo Gomes de Araújo, empresario afincado en Brasilia que acudió con sus hijos y nietos para apoyar el avance del juicio político.

 

La Operación Lava Jato, que ha destapado desvíos multimillonarios desde la estatal Petrobras a partidos políticos, afecta a muchos altos cargos del PT e incluso el propio Luiz Inácio Lula da Silva es sospechoso.

 

También miembros de la oposición como el senador Aécio Neves o el propio presidente de la cámara baja, Eduardo Cunha, han sido vinculados.

 

“Tienen que salir todos y debemos elegir un nuevo presidente que cambie el país para siempre. No abandonaremos la calle hasta entonces”, aseguró Gomes de Araújo, que comparó esta jornada de votación en la Cámara Baja “a la independencia de Brasil”.

 

“El ‘impeachment' no acabará con la corrupción, pero si sale Rousseff podemos comenzar a controlarla. Todos los políticos en Brasil son deshonestos, pero la mayor parte de la culpa de lo que pasa es del PT”, explicó el joven Emerson Pereira, empresario por cuenta propia que hizo mil 600 kilómetros desde su estado natal, Matto Grosso (centro de Brasil), hasta las puertas del Parlamento.

 

“Sabemos que deponer a Rousseff no va a arreglar los problemas de un día para otro. Pero será el inicio de otra cosa”, aseveró.