Comienza Cristina Fernández a despedirse del poder

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, comenzará a despedirse del poder en las elecciones generales del domingo, en las que los ciudadanos votarán al dirigente que gobernará el país durante los próximos cuatro años.

La abogada que fue electa en 2007 y reelecta en 2011 entregará la banda presidencial a su sucesor el próximo 10 de diciembre, en una ceremonia que marcará el fin de los más de 12 años de poder kirchnerista que inició su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner.

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El ex presidente comenzó a gobernar el 25 de mayo de 2003, luego de haber obtenido apenas el 22 por ciento de los votos, y en un escenario de incertidumbre en el cual nadie podía apostar cuánto tiempo duraría en la Casa Rosada.

Kirchner consolidó su poder al renovar la desprestigiada Corte Suprema de Justicia, enarbolar la causa de los derechos humanos, pagar la deuda con el Fondo Monetario Internacional y apostar por una política latinoamericanista .

La recuperación económica de un país que había enfrentado una de las peores crisis de su historia fue crucial para que la esposa del presidente, avalada por una larga trayectoria legislativa, se convirtiera en su sucesora al ganar las elecciones de 2007.

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El gobierno de Fernández de Kirchner se ensombreció desde el principio, cuando estalló un enfrentamiento con las patronales agropecuarias que rechazaron reformas impositivas en la exportación de granos.

La larga crisis estuvo acompañada por la ruptura con el Grupo Clarín, el multimedios más importante del país que, desde entonces, se convirtió en un férreo opositor.

Aunque el gobierno perdió la pelea con el sector agropecuario, retomó la iniciativa política y estatizó los fondos de pensiones y jubilaciones y la petrolera YPF, propuso una Ley de Medios que apuntaba a desconcentrar el poder mediático de Clarín e impulsó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

De manera imperceptible, el gobierno enamoró a miles de jóvenes que creyeron por primera vez en la política y que, el 25 de octubre de 2010, salieron a llorar en masa la muerte de Kirchner, quien se preparaba para suceder a su esposa en las elecciones de 2011.

La presidenta viuda terminó ganando la reelección con un contundente 54 por ciento de los votos, nivel de aprobación que mantiene aún hoy, pese al desgaste de su gobierno, los frecuentes escándalos de corrupción y el acelerado enriquecimiento de la familia Kirchner.

El matrimonio presidencial construyó un poder personalista, concentrado en ellos, por lo que, con Kirchner muerto y con su esposa impedida por la Constitución para buscar una segunda reelección, el kirchnerismo se encontró sin candidato para el 2015.

En junio pasado, la presidenta decidió, de manera sorpresiva, que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, sería el abanderado del Frente para la Victoria, pese a las desconfianzas que el político desataba en los sectores más kirchneristas.

Para garantizar la continuidad de su proyecto, la mandataria impuso como candidato a vicepresidente a Carlos Zanini, uno de los dirigentes leales al kirchnerismo desde sus inicios en los años 80 en la patagónica provincia de Santa Cruz.

Sin embargo, lo cierto es que por ahora la fórmula Scioli-Zanini no tiene garantizado el triunfo en las presidenciales, y aunque gane, desde el 10 de diciembre ya no habrá un Kirchner en la presidencia.