Ejecución de clérigo desata la ira de chiítas contra Arabia Saudita

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

La ejecución del clérigo chiíta saudita, Nimr Baqer al Nimr, considerado uno de los líderes de la Primavera Árabe de 2011, desató hoy la ira de la comunidad chiíta en Líbano, Irak, Yemen y sobre todo Irán, el enemigo declarado de Arabia Saudita.

Al Nimr, uno de los mayores defensores de la minoritaria y marginada comunidad chiíta de Arabia Saudita, fue ejecutado este sábado junto a otras 46 personas bajo los cargos de terrorismo, desobediencia civil y apostasía, anunció el Ministerio saudita del Interior.

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Irán, principal rival regional de Arabia Saudita y cuyas relaciones con el reino son tensas, reaccionó de inmediato a la ejecución y advirtió que Riad pagará “un precio elevado” por la muerte de Al Nimr y convocó al encargado de negocios saudita para protestar por la ejecución del clérigo.

“La ejecución de una personalidad como el jeque Al Nimr, que únicamente tenía objetivos políticos y religiosos, sólo demuestra la falta de sabiduría y la irresponsabilidad del gobierno saudita”, dijo el vocero de la cancillería iraní, Hossein Jaber Ansari.

Criticó a Arabia Saudita de apoyar por un lado a los movimientos terroristas y extremistas y al mismo tiempo utilizar el lenguaje de la represión y la pena de muerte contra sus opositores internos. “Pagará un precio elevado por esta política”, sentenció Ansari.

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“En lugar de ocuparse de los terroristas (del Estado Islámico), que ponen en peligro a la región y al mundo entero, los sauditas ejecutan a una figura como Al Nimr”, lamentó el portavoz, citado por la agencia iraní de noticias IRNA.

El clérigo iraní Ahmed Jatami, miembro de la Asamblea de Expertos -uno de los más altos organismos de Irán, responsable de la elección del líder supremo del país- también condenó la ejecución de Al Nimr y advirtió que la dinastía Al Saud “acabará borrada de las páginas de la historia”.

Por su parte, la sección estudiantil de la milicia Basij, que depende de los Guardianes de la Revolución, la unidad de élite del ejército iraní, convocó una manifestación para mañana domingo frente a la embajada de Arabia Saudita en Teherán.

Hezbolá, el grupo chiíta de Líbano, se sumó a la condena por el asesinato del clérigo saudita y pidió que la comunidad internacional también repudie la ejecución.

De igual manera se pronunciaron los rebeldes huthi de Yemen, enfrentados desde hace meses con una coalición liderada por Arabia Saudita. “La familia Al Saud ha ejecutado a un guerrero santo tras una farsa de juicio”, lamentaron.

En tanto, el ex primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, predijo que la ejecución del clérigo propiciará el derrocamiento del gobierno absolutista de la familia Al Saud.

“Condenamos vehementemente esas repugnantes prácticas sectarias y confirmamos que la ejecución del jeque Al Nimr derrocará el régimen saudita, advirtió Al Maliki, mientras que varios miembros de su gabinete acusaron a Riad de “prentender incendiar la región” con este asunto.

Al Nimr, quien tenía 55 años y era un crítico feroz de la dinastía Al Saud, fue el líder de un movimiento de protesta que estalló en 2011 en el este del país, donde vive la mayor parte de la minoría chiita, una comunidad que se siente marginada.

El prominente clérigo había sido condenado a muerte en octubre de 2014, casi dos años después de ser detenido por apoyar los disturbios contra las autoridades saudítas que estallaron en febrero de 2011 en la provincia de Al Qatif, en el este del país y de mayoría chiíta.

El clérigo chiíta junto con otras 46 personas -44 sauditas, un egipcio y un chadiano- fueron ejecutados en 12 lugares del reino, después de que sus condenas fueron confirmadas por el Tribunal Supremo y ratificadas por el rey Salman.