Elecciones argentinas, entre la corrupción y la pobreza

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Notimex/La Voz de Michoacán

 

 

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Buenos Aires, Argentina. La corrupción de los gobiernos kirchneristas y el empobrecimiento provocado por el gobierno de Mauricio Macri se convirtieron en los temas centrales de las campañas rumbo a las elecciones legislativas de Argentina en las que se renovará parcialmente el Congreso.

El próximo 22 de octubre, los argentinos elegirán a 24 senadores y 127 diputados en unas elecciones que reforzarán o debilitarán a Macri justo cuando llega a la mitad de su mandato.

Pese a su carácter de comicios legislativos, los discursos políticos asemejan a una elección presidencial, sobre todo porque el oficialismo quiere derrotar a la expresidenta Cristina Fernández.

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La exmandataria se postuló como candidata a senadora en representación de Buenos Aires, la provincia más importante del país en términos electorales, actualmente gobernada por la macrista María Eugenia Vidal.

Los rivales políticos de Fernández y la prensa oficialista han centrado sus críticas en los múltiples casos judiciales que hay en contra suya, y de varios de sus exfuncionarios, la mayoría por corrupción.

También llaman a no “volver al pasado”, y alertan sobre los riesgos de que un triunfo de la expresidenta ahuyente las inversiones prometidas por Macri desde el principio de su gobierno y que todavía no han llegado.

Fernández, por su parte, creó una nueva fuerza política llamada Unidad Ciudadana y evita hablar de los 12 años y medio de gobierno de ella y de su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner.

En un drástico giro de su estilo político, la expresidenta optó por dar protagonismo en sus actos de campaña a ciudadanos afectados por el empobrecimiento registrado durante los 19 meses de gobierno de Macri.

La pobreza aumentó del 30 al 33 por ciento desde que en diciembre de 2015 terminó la gestión de Fernández, aunque la expresidenta informó una pobreza de apenas el 4.7 por ciento resultado de la manipulación de estadísticas oficiales.

De cualquier manera el saldo es negativo para Macri, ya que su breve gobierno ha bastado para que haya 1.5 millones de nuevos pobres y 600 mil indigentes.

Las cifras son alarmantes y contradicen las promesas de campaña de un presidente que prometió “pobreza cero”, y que ya advirtió que su gestión debe ser evaluada por la reducción de pobreza que, según él, debe dejar en 2019, cuando termine su mandato.

Además, estas son las tasas de pobreza e indigencia más altas desde 2010, y se deben a las políticas de ajuste económico, inflación, despidos masivos y una recesión económica que, según el gobierno, ya terminó, lo que todavía no se nota en el bolsillo de los argentinos.