Expresidenta de Argentina niega haber sido sobornada

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Foto: Tomada de Internet.

Notimex/La Voz de Michoacán

Buenos Aires. La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández, rechazó hoy haber cobrado un soborno por 600 mil dólares a cambio de favorecer a una empresa en la adjudicación de una obra pública.

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En un extenso mensaje publicado en su página web, la exmandataria respondió a las acusaciones del empresario Gabriel Romero, quien declaró ante la justicia sobre el pago del supuesto soborno.

Romero declaró esta semana ante el fiscal Carlos Stornelli como parte de la investigación de una de las causas de corrupción más relevantes registradas en Argentina.

En su testimonio, Romero reconoció que en 2010 pagó 600 mil dólares para que la expresidenta firmara un decreto que le permitió a su empresa mantener la concesión del cobro de peajes de barcos hasta el año 2021.

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Fernández afirmó que Romero “dice haber pagado dinero por la firma de ese decreto que, finalizado todo el proceso explicado previamente, era para mí obligatorio firmar”, porque así lo había aprobado el Congreso.

“Sería muy interesante que el señor Romero indicara a quién y cómo le pagó, porque a mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este, ni ningún otro decreto”, apuntó.

La expresidenta también aseguró que nunca cobró ningún tipo de soborno “por llevar adelante ninguna de las medidas de mis gobiernos”.

Al contrario, manifestó, “los problemas judiciales que tengo son por haber afectado intereses económicos concentrados y hegemónicos muy poderosos”.

Señaló que esos poderes, “siempre trataron de obstruir las medidas que llevé adelante en beneficio de las grandes mayorías populares, de la actividad económica en general y del desendeudamiento estructural de la nación”.

La causa judicial comenzó tras salir a la luz el contenido de ocho cuadernos de Óscar Centeno, quien durante más de una década fue chofer de Roberto Baratta, uno de los exfuncionarios más influyentes de los gobiernos de Fernández (2007-2015) y de su fallecido esposo Néstor Kirchner (2003-2007).

En esas páginas, que un amigo de Centeno entregó a un periodista de La Nación y este al fiscal Carlos Stornelli, el chofer registró a dónde, cuándo y con quiénes llevaba a Baratta para recoger los sobornos que los empresarios pagaban en efectivo.

De acuerdo con los cuadernos, Baratta recolectó durante más de una década por lo menos 200 millones de dólares y la mayoría del dinero terminó en manos de los Kirchner.