Finaliza la Iglesia que juzga: Obispo

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

El Sínodo de los obispos, cumbre episcopal convocada por el Papa para debatir los desafíos de la familia en la sociedad actual, marcó el final de una Iglesia católica que juzga a las personas y puso las bases para una “Iglesia de la ternura”, dijo hoy Lucas Van Looy.

El obispo de Gand en Bélgica y uno de los 270 “padres sinodales” que llevan tres semanas participando en maratónicas sesiones a puertas cerradas en una aula del Vaticano, se mostró optimista sobre el cambio de actitud que saldrá de la reunión.

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“Este sínodo es el fin del fin del juzgar a las personas, el fin de una Iglesia que juzga y condena”, dijo seguro.

También consideró que, a partir de ahora, se abrirá paso a un catolicismo que acoge, que camina con, que escucha y que también habla con claridad.

“Pero la palabra que a mí me queda es la palabra ternura, que la Iglesia da hacia cualquier situación no sólo de la familia. Es una Iglesia de ternura hacia todas las personas. Podría ser el inicio de una Iglesia nueva”, insistió.

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Con él coincidió el cardenal ghanés Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz del Vaticano, quien calificó el encuentro de obispos como “emblemático para la Iglesia”.

Ambos clérigos reconocieron que durante el Sínodo, el cual concluirá el próximo domingo, los asistentes pudieron “hablar con libertad” sobre todos los temas, incluidos los más delicados como los divorciados vueltos a casar o la situación de los homosexuales.

Insistieron que la búsqueda de caminos de misericordia y de cercanía fue la característica principal de los debates, que en todo momento estuvieron encabezados por el Papa Francisco.

“En este sínodo se escuchó la situación de las familias en el mundo entero, no sólo del mundo católico”, precisó Van Looy.

El arzobispo de Quebec (Canadá), Gerald Cuyprien Lacroix, advirtió que el ministerio católico no puede llevarse a cabo permaneciendo “sentados en un trono” o “sobre una cátedra”, sino caminando junto al pueblo y apuntó: “esto es lo que debemos vivir”.

“Obviamente si nos esperamos soluciones milagrosas para resolver todos los problemas de todas las familias quedaremos desilusionados, al contrario si nos dejamos dirigir por las actitudes correctas entonces podremos ser misericordiosos y hacer avanzar con el pueblo de Dios en esta dirección”, ponderó.

La asamblea del Sínodo llegó a su etapa final con un ambiente de consenso y de acuerdo entre los “padres sinodales”, no obstante las evidentes diferencias entre ellos sobre los temas delicados de divorciados y gays.

El punto clave es la redacción de un documento final, un texto de conclusiones que será entregado al Papa tras una votación de párrafo por párrafo en el aula sinodal durante una sesión doble este sábado.

Los obispos recibieron un boceto del mismo la tarde-noche del jueves y varios de ellos expresaron satisfacción porque refleja las diversas opiniones que emergieron durante los debates.

“Se trata de un documento que refleja el resultado de todas nuestras discusiones”, reconoció Turkson haciendo referencia a que existe un acuerdo, incluso en los temas más controvertidos. El contenido general del texto se conocerá el sábado.

Aunque uno de los miembros de la comisión de redacción adelantó que el mismo no contendrá una recomendación abierta para que el pontífice autorice dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, sí se dedicará algunos a ese tema y a la situación de los homosexuales en la Iglesia católica.