Implora el Papa abandonar esclavitud material camino a la Navidad

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

PAPA-FRANCISCOEl Papa Francisco rindió hoy homenaje a la Virgen en la fiesta de la Inmaculada Concepción e imploró a ella las fuerzas para abandonar toda esclavitud material en el camino a la Navidad.

Esta solicitud fue parte de una oración que pronunció el pontífice ante la imagen de María instalada en lo más alto de la columna ubicada en la Plaza de España, en el corazón de Roma, hasta donde llegó a bordo de un coche utilitario.

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Como él mismo anunció la mañana de este lunes, dedicó buena parte de la tarde a la Virgen. A las 16:00 horas local (15:00 GMT) llegó hasta la Basílica de Santa María la Mayor donde rezó ante la patrona de la capital, la imagen “Salus Populi Romani”.

Unos 20 minutos después llegó hasta la Plaza de España, donde lo esperaban decenas de miles de personas. Antes de depositar en la columna una ofrenda floral, pronunció una oración dedicada a la “Madre nuestra”, que fue “preservada desde siempre del contagio del pecado”.

“Recibe el homenaje que te ofrezco en nombre de la Iglesia que está en Roma y en el mundo entero. Saber que tú, que eres nuestra madre, que eres totalmente libre del pecado nos conforta”, indicó.

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“Saber que sobre ti el mal no tiene poder, nos llena de esperanza y de fortaleza en la lucha cotidiana que debemos realizar en la lucha contra las amenazas del maligno”, agregó.

Más adelante sostuvo que “en esta lucha” los seres humanos no están solos ni son huérfanos porque tienen a la madre de Jesús y por ello, pese a ser pecadores, invocan la materna protección de la Virgen por sus familias, por la ciudad (de Roma) y por el mundo entero.

Urgió a que “la potencia del amor de Dios”, por su intercesión libere a la humanidad de todo tipo de esclavitud espiritual y material, y haga vencer, en los corazones y en los eventos, el designio de salvación de Dios.

“En este tiempo que nos conduce a la fiesta de la Navidad de Jesús, enséñanos a ir contracorriente: a desvestirnos, a bajarnos, donarnos, escuchar, hacer silencio, a descentrarnos de nosotros mismos, para dejar espacio a la belleza de Dios, fuente de la verdadera alegría”, ponderó.

Luego de depositar la ofrenda floral, el Papa dedicó un rato largo a saludar uno por uno a los numerosos enfermos ubicados en torno a la plaza, antes de abordar de nuevo el auto utilitaria azul que lo condujo de regreso al Vaticano.