Maduro pretende cambiar imagen de Venezuela con show de TV

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Caracas.- Con transmisiones en cadenas y nuevos programas de televisión como “La hora de la salsa”, al presidente Nicolás Maduro le será difícil hacer creer que Venezuela es un país próspero y feliz, advierte el sociólogo y politólogo Dimas Ibarra.

“Es imposible pretender que frente al hambre, el desabastecimiento, la escasez, la violencia y la inseguridad un micrófono abierto las 24 horas al día pueda (Maduro) acabar esta avalancha de males”, precisó el catedrático jubilado de la Universidad de Los Andes (ULA).

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Ibarra señaló que la debacle que vive en la actualidad Venezuela es imposible de corregir con un “show reality” o diarias cadenas de radio y televisión, sino con políticas serias que contribuyan a poner la casa en orden.

“La dramática situación que vive el país es consecuencia del fracaso sostenido de una propuesta política que lamentablemente con todo el dinero que se le inyectó para imponerla, no dio los resultados esperados, sino todo lo contrario”, sentenció.

Detalló al respecto que esta política impidió que efectivamente la pobreza sea resuelta, que las grandes mayorías de la sociedad tengan acceso a los bienes y servicios que les corresponden y que la iniciativa privada crezca y se desarrolle para bienestar del país.

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El politólogo observó que se intentan crear las condiciones para que lo que determine el modelo de Estado en Venezuela sean los decretos, leyes que son dictados en el marco de la Habilitante, cuyo objetivo es asentar al sistema socialista, en lugar de la Constitución de 1999.

“Como la propuesta de modificar la Constitución para instaurar el Estado socialista fue derrotada en la consulta popular de 2007, se han dedicado a dictar normas, precisamente mediante habilitantes que permitan crear una estructura política al margen de la Constitución”, resaltó.

Ibarra sostuvo que Maduro nunca sobreviviría a una consulta popular y que por eso el Ejecutivo y los miembros del ente comicial afectos al gobierno emplearon todos los recursos y artimañas “para asesinar el referendo revocatorio, un legítimo derecho constitucional”.

Recordó que la recolección inicial de firmas en el trámite inventado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) fue una manifestación de respaldo masivo al referendo y que nada pudieron hacer para que más de dos millones de rúbricas fueran recabadas y validadas.

Destacó que la confabulación entre directivos del CNE, de tendencia oficialista y jueces penales que dictaminaron la existencia de un presunto fraude en la primera fase de la recolección de firmas, dejó al descubierto “el carácter autocrático del régimen”.