Confía El Papa en colaborar con Trump en asistencia a inmigrantes

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Ciudad del Vaticano. El Vaticano indicó más tarde en un comunicado que “se expresó satisfacción” por su “compromiso conjunto a favor de la vida” y que confiaba en colaborar en materia de atención sanitaria y asistencia a inmigrantes, así como en la protección de las comunidades cristianas en Oriente Medio.

En los últimos días, Francisco y Trump se han mostrado de acuerdo en la necesidad de que los líderes musulmanes hagan más contra los extremistas en sus comunidades. Pero tienen pocos temas más en los que coinciden.

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La retórica antiislámica empleada en el pasado por Trump _con comentarios como que el islam “odia” Occidente_ es la antítesis de lo que ha predicado el papa sobre la necesidad de dialogar con los musulmanes. Francisco tampoco comparte la opinión de Trump sobre la necesidad de combatir el cambio climático y la desigualdad económica.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el papa Francisco, dos líderes con estilos radicalmente diferentes y visiones opuestas del mundo, se reunieron el miércoles en el Vaticano y dejaron de lado sus choques pasados para ofrecer un mensaje de paz a un público global.

Trump, que está en la mitad de su intensa primera gira internacional, visitó por la mañana al papa en el Vaticano, donde ambos tuvieron una reunión privada de 30 minutos en un marco de simbolismo religioso y antiguo protocolo.

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El presidente, acompañado por su esposa y varios colaboradores, llegó poco después de la 8 de la mañana. Saludó a Francisco en la Sala del Tronetto, en la segunda planta del palacio Apostólico. Tras su reunión, el papa entregó a Trump una medalla con una rama de olivo, un símbolo de paz, entre otros obsequios.

“Nos viene bien la paz”, respondió el presidente.

La visita comenzó con un apretón de manos tras la llegada de los dos hombres, Trump en una gran caravana de vehículos, Francisco en un Ford Focus. Se oyó a Trump decirle al papa que estar allí era “un gran honor”. Después posaron para la prensa y se sentaron junto al escritorio del papa. El pontífice no sonreía al inicio de su reunión.

Media hora más tarde se dio por terminada la audiencia cuando Francisco hizo sonar una campana en su estudio privado. Entonces se presentó al papa al resto de los miembros de la delegación de Trump, como su esposa Melania, su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner, así como a los asesores Hope Hicks y Dan Scavino.

Sonriendo a la comitiva, Francisco tuvo un momento distendido con la primera dama, a la que preguntó a través de un traductor, “¿Qué le da de comer, potizza?”, refiriéndose a un postre originario de Eslovenia, donde nació Melania Trump.

Ella se rio y dijo que sí. La primera dama e Ivanka se cubrieron la cabeza con mantillas como muestra de respeto al papa, un gesto que no hicieron en Arabia Saudí.

Cumpliendo con la tradición, el papa y Trump intercambiaron regalos. Trump entregó al pontífice una primera edición de una colección de libros escritos por Martin Luther King Jr., una piedra grabada del monumento a King en Washington y una escultura en bronce de un loto en flor titulada “Alzándose en lo alto”.

“Creo que los disfrutará. Espero que lo haga”, dijo Trump.

El papa entregó a Trump la medalla, un mensaje de paz y tres documentos papales que hasta cierto punto definen su pontificado y sus prioridades, como la familia y el medio ambiente. El papa dijo a Trump que había firmado el mensaje “especialmente para usted”. Trump dijo que leería los libros.

Cuando se marchaba, dijo al papa: “Gracias, no olvidaré lo que dijo”.