Papa llega a Nueva York tras insistir en discurso promigrantes

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

El papa Francisco llegó a la Catedral de San Patricio para orar en una de las iglesias más reconocidas del país.

Las campanas de la catedral doblaban mientras Francisco saludaba a la multitud congregada en el exterior, incluso haciendo señales con los pulgares.

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El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, el alcalde Bill de Blasio y otros dignatarios lo recibieron al pie de la escalinata.

La catedral, de 136 años de antigüedad, fue sometida recientemente a una restauración de 175 millones de dólares.

 

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El popular pontífice recibió una estruendosa bienvenida en su primera visita a Nueva York. Miles de personas se formaron en las calles que conducen a la Catedral de San Patricio para saludarlo, cantar y ondear banderas mientras Francisco los saludaba desde el papamóvil.

En la escalinata de la renovada catedral, dignatarios como el gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio lo recibieron.

Horas antes en Washington, el sumo pontífice pidió a la nación que compartiera su inmensa riqueza con los menos afortunados. Los legisladores dieron fuertes ovaciones al líder de los católicos pese a tener obvias diferencias sobre algunas de sus posturas.

En el Capitolio, Francisco pronunció una vibrante exhortación a favor de los inmigrantes, al instar a los legisladores a acoger al "extraño en nuestro seno".

Francisco aludió tanto a la crisis de migrantes en Europa como a la inmigración latinoamericana en Estados Unidos, y pidió a los legisladores que "respondan de una manera siempre humanitaria, justa y fraternal".

"Que no nos arredren sus números, antes bien, veámoslos como personas, miremos sus caras y escuchemos sus historias, tratando de responder lo mejor que podamos a su situación", dijo Francisco.

Lo recibió con entusiasmo un recinto atestado por jueces de la Corte Suprema, secretarios del gabinete y legisladores de ambos partidos, que suspendieron sus riñas para ovacionarlo de pie. El ujier recitó la frase de circunstancias: "Señor presidente, el papa de la Santa Sede", y Francisco recorrió el pasillo central lentamente, mientras los legisladores aplaudían y algunos inclinaban la cabeza al verlo pasar.

Después del discurso, salió a un balcón del Capitolio desde el cual se dirigió brevemente a los miles que ocupaban los jardines y el parque más allá. "Buenos días", dijo, y le respondió un saludo atronador.

Francisco pidió a una multitud de decenas de miles que recen por él. Esto es tradicional en él, pero en esta ocasión, hablando en español, reconoció que no todos los presentes eran cristianos o siquiera creyentes.

"Si hay entre ustedes algunos que no creen o que no pueden rezar, les pido que me envíen buenos deseos", manifestó.

Concluyó en inglés con "Dios bendiga a Estados Unidos".

Desde el Capitolio, donde amonestó a la elite de Washington, Francisco fue a brindar consuelo a los más desposeídos de la ciudad. Habló a los indigentes en la parroquia de San Patricio y se mezcló con la multitud en Caridades Católicas, donde la gente lo rodeó para tomar selfies y recibir su bendición antes del almuerzo.

"No encontramos ningún tipo de justificación social, moral o del tipo que fuese para aceptar la falta de alojamiento", dijo Francisco.

Poco después, viajó a Nueva York, la segunda de tres ciudades que visitará en su gira por Estados Unidos. Después de llegar al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, abordó un helicóptero que lo llevó a Manhattan, donde se sitúa la catedral.