Recuerdan a las 168 víctimas del atentado en Oklahoma

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Dallas.- Con una sencilla ceremonia fueron recordadas hoy las 168 víctimas fatales que causó un atentado que destruyó el edificio de oficinas federales en la ciudad de Oklahoma, el 19 de abril de 1995.

Autoridades estatales, familiares y amigos de las víctimas realizaron una ceremonia del 21 aniversario del atentado, reunidos en la Iglesia First Church, ante el temor de que la lluvia impidiera el evento que se efectúa cada año en el lugar que ocupaba el edificio federal Alfred P. Murrah, y que ahora es un museo dedicado a las víctimas.

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La gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, y el alcalde de la ciudad de Oklahoma, Mick Cornett, encabezaron la ceremonia, que inicia cada año con un profundo silencio que se prolonga por 168 segundos, uno por cada una de las víctimas.

El silencio se rompe con el repique de campanas, que da paso a una serie de discursos y por último se mencionan los nombres de cada una de las personas que fallecieron, algunos de ellos niños de una guardería que formaba parte del edificio.

Después de la ceremonia, los asistentes fueron invitados a caminar a través del Museo Monumento Nacional de la Ciudad de Oklahoma, donde cada una de las personas que falleció en el atentado es recordada con una silla de piedra vacía.

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Son 168 sillas de piedra colocadas en línea simulando lápidas, que abarcan un lote de casi una hectárea cubierto de pasto, justo donde se ubicaba el edificio federal.

El 19 de abril de 1995, Timothy McVeigh, un veterano de la guerra del Golfo Pérsico con resentimiento contra el gobierno estadunidense, hizo estallar frente al edificio Alfred P. Murrah, una bomba contenida en un camión de renta.

El explosivo destruyó los nueve pisos de la estructura que albergaba las oficinas de unas 20 dependencias federales, además de un jardín de niños. El atentado provocó la muerte de 168 personas, 19 de ellas niños, y causó heridas a otras 600.

McVeigh fue detenido el mismo día del atentado, dos años más tarde en 1997 una corte federal lo sentenció a la pena de muerte y fue ejecutado mediante inyección letal en junio de 2001 en la prisión Federal de Terre Hute, Indiana.

Su cómplice, Terry Nichols, fue sentenciado a varias cadenas perpetuas impuestas en un juicio federal y en otro estatal.

Un tercer cómplice, Michael Fortier, amigo de los dos responsables de cometer el atentado, fue liberado en 2005, tras pasar 10 años en prisión por no haber notificado del ataque a las autoridades.

Este 19 de abril se cumplen también 23 años de la incursión de los agentes federales en el Rancho Monte Carmelo en Waco, Texas, donde murieron unos 80 miembros de la secta Davidiana.

Las autoridades sostienen que McVeigh colocó la bomba como un acto de venganza por lo que había ocurrido en Texas. El atentado en Oklahoma se registró exactamente dos años después de los hechos en Waco.