Suspenden mandato de presidente de Cámara Baja brasileña

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Río de Janeiro.- Un juez del Supremo Tribunal Federal (TSF) brasileño suspendió hoy el mandato del presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, uno de los principales promotores del juicio político a la mandataria Dilma Rousseff.

En una decisión cautelar que puede ser recurrida al plenario de la máxima instancia judicial de Brasil, el juez Teori Zavascki atendió un pedido de la fiscalía general presentado en diciembre pasado para suspender a Cunha de la presidencia de la Cámara Baja.

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La suspensión incluyó también la de su mandato de diputado federal, lo que le haría perder el fuero privilegiado y le pondría en dificultades ante las avanzadas investigaciones contra él por corrupción en el marco de la Operación Lava Jato.

“Los elementos fácticos y jurídicos aquí considerados denuncian que la permanencia del requerido, el diputado federal Eduardo Cunha, en el libre ejercicio de su mandato parlamentar y al frente de la función de la Cámara de Diputados, además de representar riesgo para las investigaciones penales en el Supremo Tribunal Federal es un peyorativo que conspira contra la propia dignidad de la institución liderada por él”, señala el texto suscrito por el magistrado.

El magistrado Zavascki, a cargo de las investigaciones de la Operación Lava Jato en el Supremo, admitió en su escrito la “excepcionalidad” de la medida, por suponer una intervención del poder judicial sobre el legislativo, pero considera que “absolutamente nada se puede extraer de la Constitución que pueda, mínimamente, justificar su permanencia” en el cargo.

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La decisión del magistrado del Supremo se fundamenta en los argumentos de la fiscalía, que aduce que Cunha usó de forma reiterada las prerrogativas de su cargo como presidente de la Cámara para obstaculizar las investigaciones en su contra.

Controvertido por sus declaraciones histriónicas en cuestiones como el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo, el mandato de Cunha en la Cámara Baja –iniciado en febrero de 2015- supuso desde sus inicios una derrota para la presidenta Dilma Rousseff.

Al mando de la Cámara, Cunha boicoteó la aprobación de medidas enviadas por Rousseff a los diputados y, tras declarar el año pasado que haría oposición frontal al Ejecutivo, aceptó a trámite el pedido de juicio político contra la mandataria, lo que desencadenó el actual proceso que puede acabar con el mandato de la presidenta.

Miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) con una dilatada experiencia en el Legislativo, el nombre de Cunha lleva meses siendo evocado como uno de los políticos de mayor escalafón que se habría beneficiado de la trama de corrupción montada alrededor de Petrobras y de las empresas constructoras de suministro.

Está siendo investigado en el Supremo por recibir millonarias propinas de empresas a cambio de facilitar negocios de ésta con Petrobras, y es sospechoso de mantener cuentas ilícitas en Suiza y Panamá, algo que él mismo niega.

Una comisión parlamentaria lleva meses investigando si Cunha debe ser depuesto de sus funciones por mentir a la Cámara cuando dijo no tener cuentas bancarias en Suiza –algo que quedó demostrado por documentos posteriormente-, pero el político maniobró hábilmente para dilatar el proceso.

Esa situación y el hecho de que sería el “número dos” en la línea sucesoria si Rousseff es apartada por “impeachment” y asume el vicepresidente Michel Temer, también del PMDB, parecen haber motivado la decisión del Supremo sobre uno de los políticos más polémicos de Brasil.