Termina crisis electoral en Gambia; expresidente se autoexilia

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Banjul, Gambia.- El gobernante gambiano derrotado Yahya Jammeh y su familia partieron al exilio político el sábado en la noche, lo que puso fin a 22 años de gobierno basado en el miedo y a una crisis política poselectoral que amenazaba con provocar una intervención militar regional cuando él decidió aferrarse al poder.

Mientras ascendía las escaleras del avión, Jammeh volteó hacia la multitud, besó su Corán y se despidió por última vez de sus partidarios, incluidos algunos soldados que lloraban al verlo irse.

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El avión despegó casi 24 horas después de que Jammeh anunció en la televisión estatal que había decidido entregar el poder al nuevo presidente Adama Barrow, en respuesta a la creciente presión internacional para que se fuera del país.

Aunque decenas de miles de gambianos habían huido del país durante su gobierno, los simpatizantes de Jammeh acudieron en grandes números al aeropuerto para verlo caminar por la alfombra roja hacia el avión. Muchas mujeres gritaban "¡No te vayas! ¡No te vayas!"

Jammeh aterrizó en Guinea una hora después y los miembros de su familia salieron de la aeronave, aunque este país tal vez no sea su destino final.

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Barrow ganó las elecciones de diciembre, pero Jammeh no reconoció los resultados al tiempo que aumentaban las exigencias de que lo enjuiciaran por presuntos abusos de poder durante su gobierno. Una fuerza regional fue movilizada con el fin de obligarlo a dejar el poder en caso de que fracasaran las acciones diplomáticas de último minuto para convencerlo de que se marchara del país.

La tensión creció tanto que Barrow tuvo que asumir la presidencia en la embajada de Gambia en el vecino Senegal. El nuevo presidente dijo el sábado que regresará a Gambia cuando ya "no haya impedimentos" y se realice una amplia revisión de seguridad.

Barrow dijo a The Associated Press que no ha recibido aún el comunicado que explica en detalle las condiciones de la partida de Jammeh.

"Lo fundamental ahora es que vivirá en un país extranjero a partir de este momento", agregó.

En la capital guineana, Conakry, el ministro de seguridad se encontraba en el aeropuerto con jeeps en los que había personal militar con mucho armamento, según testigos. Sin embargo, un avión especial también aterrizó procedente de Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial, con sólo la tripulación y sin pasajeros, en un indicio de que ese país podría ser el destino final de Jammeh.

Guinea Ecuatorial, a diferencia de Guinea, no es un estado que forme parte de la Corte Penal Internacional.

Jammeh, que tomó el poder en un golpe de Estado en 1994, había anunciado alguna vez que gobernaría mil millones de años. Su partida puso fin a una crisis política en esta nación de 1,9 millones de habitantes que se ha promovido entre los turistas europeos como "la costa sonriente de Africa".

Cuando Jammeh preparaba su partida al cabo de horas de negociaciones de último minuto con los gobiernos de Guinea y Mauritania, activistas por los derechos humanos exigieron que se le haga rendir cuentas por presuntos abusos, entre ellos tortura y detención de opositores.

"Jammeh llegó como un mendigo armado. Debería irse como un déspota sin ropa. Las propiedades que pretende proteger pertenecen a Gambia y los gambianos, y no debe permitirse que se las lleve. Debe irse de nuestro país sin condiciones", señaló Jeggan Bahoum, del Movimiento para la Restauración de la Democracia en Gambia.