Hacia una verdadera no violencia contra las mujeres

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Iván Arturo Pérez Negrón Ruiz

En el marco de la conmemoración del Día Internacional para Eliminar la Violencia contra las Mujeres, nuevamente se presentan muchas interrogantes respecto a los avances y resultados que en realidad han tenido las iniciativas ciudadanas, pero fundamentalmente las políticas de los tres órdenes de gobierno en su lucha para erradicar este mal social, que nos lastima e indigna.

PUBLICIDAD

En la historia política, económica y social del mundo, existen un sinnúmero de ejemplos nefastos en este rubro que, sin duda, nos obliga hacer una reflexión a fondo en este tema. Las estadísticas, las explicaciones sociológicas y psicológicas del fenómeno, distan mucho de lo que verdaderamente sufren las sociedades, principalmente en el seno familiar, donde los estragos que genera la violencia contra las esposas, hermanas, hijas y en muchas ocasiones hasta las abuelitas, es muchas veces irreversible y contamina los procesos de desarrollo espiritual y emocional de los integrantes de cualquier sexo al interior de las familias.

Hoy ha quedado plenamente demostrado que, no sólo basta la buena voluntad y la potenciación mediática de las iniciativas de las asociaciones civiles, ONG´S y el propio gobierno para enfrentar esas actitudes nocivas que dañan la integridad no solamente de la víctima, sino de todos los núcleos sociales. No basta con tener la intención de hacer cosas, si ello no se traduce en leyes más severas contra los que impunemente han atentado y abusado de lo más bello que nos ha entregado la vida, las mujeres.

En este momento, las instituciones públicas y privadas tenemos el gran reto de impulsar una verdadera transformación en el modelo para evitar que se sigan cometiendo feminicidios, ataques físicos o emocionales en contra de las mexicanas y todas las mujeres del mundo. Es fundamental que replanteemos la forma de abordar el problema. Hasta ahora, solamente la indignación y las propuestas cuando ya han pasado los eventos, han sido la constante; necesitamos que desde el hogar, la escuela y los centros de capacitación, hagamos conciencia de la necesidad de respetar el derecho inalienable de las mujeres a sentirse tranquilas, amadas y apoyadas.

PUBLICIDAD

En un país desarrollado no puede ni debe permitirse que el abuso al ser humano, se convierta en  costumbre, no queremos que cada queja o denuncia por maltrato hacia las mujeres quede solamente como una estadística más, necesitamos que se cumplan cabalmente las garantías que consagra la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y honremos el papel tan preponderante que ha jugado, juega y jugará la mujer en la construcción de esta gran nación.

En México, la creación de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violenciacontra las Mujeres (CONAVIM), parecía ser el inicio de una ruta promisoria que consolidaría una politica pública integral y transversal que permitiría combatir este flagelo que tanto afecta la psicología social de todo un pueblo. Sin embargo, entre diagnósticos, buenas intenciones y pocos recursos, esta institución del gobierno mexicano no ha logrado consolidar los resultados esperados.

Es fundamental que, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y el Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, materialice todos los postulados normativos en acciones reales que impliquen un gran sentido de corresponsabilidad de los gobiernos en sus diferentes ascepciones, pero también de la sociedad civil y los propios individuos, quiénes debemos asumir que cuando se violenta a una mujer, se violenta a miles de mujeres entre las que se encuentran nuestras propias abuelas, madres, hermanas, tias, esposas e hijas.

En una sociedad que durante muchos años se caracterizó por la preminencia del rol de los varones en las diferentes áreas del campo laboral, político y social, hoy tenemos que aceptar que en el marco de la cuarta transformación industrial, las mujeres han demostrado su valìa en todos los ámbitos.

Las mujeres continúan siendo el pilar central de la educación al interior de los hogares y por tanto las principales generadoras de valores y principios para formar seres humanos libres, de buenas costumbres y con la plena conciencia de que el respeto, la admiración y la protección recíproca entre hombres y mujeres, es la mejor fórmula para evitar fracturasy consolidar una sociedad democrática, tolerante y lo más importante, libre de toda violencia. Hoy nos toca a todos sentar las bases de un buen presente, pero sobre todo, garantizarle a las futuras generaciones condiciones óptimas de desarrollo en todos los aspectos, si hacemos lo que nos corresponde hoy, sin duda mañana tendremos familias sólidas y  funcionales que promuevan individuos plenamente respetuosos de la inteligencia, audacia y valentía de todas nuestras mujeres