La tormenta que viene

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Raúl Castellano

 

PUBLICIDAD

Nubes de tormenta se ciernen sobre los cielos del país. Así como se dice que los astros se alinean para que ocurran cosas, de la misma forma se están alineando todos los factores que harán que se desate la tormenta.

Por la pronto, la situación del país no podría ser peor. Los analistas advierten sobre la tormenta que se puede desatar en México, durante este año, se debe a tres problemas fundamentales: el desmantelamiento del impuesto de Trump, la posible cancelación del Tratado de Libre Comercio, NAFTA, y la próxima elección presidencial. Esta tormenta puede tener mucha turbulencia y mucha incertidumbre, lo que indudablemente situaría al país y a la sociedad misma, en una posición muy difícil.

Respecto del impuesto de Trump, nuestro país, no se puede hacer nada, por corresponder decisiones exclusivas del país vecino  en el campo de sus políticas. Sin embargo, en relación de la política impositiva, el problema para México radica en las consecuencias que pudiera tener en su economía doméstica. Esto es un tema típicamente de los Estados Unidos, como el aumentar o disminuir las tasas de interés, con importantes repercusiones internacionales. Para México es muy posible, dicen los economistas, que la Reforma Impositiva de Trump, impone tres desventajas  significativas.

PUBLICIDAD

En primer lugar, los conglomerados mexicanos podrían decidir cambiar sus oficinas centrales y su residencia legal a los Estados Unidos, para aprovechar la ventaja de un impuesto corporativo del 21%, en tanto que en México es del 30%.

Aunque esto no traería necesariamente la transferencia de empleos de un país a otro, podría desalentar al capital extranjero e incluso el mexicano. Si las grandes multinacionales como Cemex, Bimbo, Televisa o Mexichem deciden moverse del otro lado de la frontera, ¿por que no lo harían otras compañías menores o inversionistas potenciales?.

En segundo lugar, las compañías americanas con importantes inversiones en México, podrían decidir aprovechar la ventaja de otras situaciones favorables, aparte de la diferencia de la tarifa impositiva en el desmantelamiento del impuesto para hacer cambios cuidadosos y repatriar el dinero y las plazas de trabajo a los Estados Unidos.

Finalmente, el paquete impositivo puede fácilmente, disuadir a las empresas de Estados Unidos de invertir en México, que es parte de lo que debía ocurrir, incluso si finalmente no incluye un impuesto fronterizo o un impuesto de valor agregado. Tal como es, la inversión extranjera directa en México ha sido de estancamiento o ha caído, especialmente como una parte del producto interno bruto, en los dos años pasados; esto podría traer una drástica reducción.

En teoría, México podría encontrar todo esto con su propio impuesto tipo los cambios de Trump, excepto que el golpe a los ingresos impositivos serían devastadores. Por ahora, México tiene una de las más bajas tarifas de impuestos, dentro de la Organización para el Desarrollo Económico y la Cooperación. Bajarlos crearía un severo problema fiscal, especialmente por que al sur de la frontera, pocas personas serias creen que reducir impuestos eleva los ingresos.

La segunda ominosa posibilidad agazapada en el horizonte de México, es la terminación del Tratado de Libre Comercio –NAFTA- o en el mejor de los casos, la postergación indefinida o la renegociación, perpetuando la incertidumbre. Las conversaciones están programadas para marzo o abril.

Solo que, estando próximas las elecciones en México, y una elección de medio término se llevará a cabo en los Estados Unidos en noviembre, sería imposible ratificar el acuerdo por los congresos de ambos países, y tal vez, el Parlamento del Canadá, antes de 2019.

Esto alejaría la inversión extranjera por lo menos hasta que las nuevas reglas se determinen y también, permitir que la administración de Trump continúe con la amenaza de estallar el TLC para obtener otras concesiones  de México.

Es tan poco el progreso que se ha hecho en las demandas amarradas de Estados Unidos, que no tenemos un acuerdo a la vista.

Con estas tercas cuestiones colgadas en las pláticas, los negociadores de Trump pueden, cualquier día, invocar el artículo 2205 del TLC, que dispone el retiro del Acuerdo de cualquiera de los signatarios en un término de seis meses.

Si bien México puede sobrevivir sin el TLC, el impacto sobre la inversión extranjera sería devastadora para México, durante los próximos cinco años.

El bajo crecimiento que se espera para México del 2% para 2018 hace esperar menos empleo, lo que aumentaría la migración a los Estados Unidos.

No manera de negar que estamos frente a un Estado Fallido. México alcanzó para 2017 una inflación del 6.7%; el dólar se vendió en enero hasta en $19.55; la informalidad continúa al alza y con una previsión de crecimiento para este año, de apenas 2.1% del PIB. Esta situación que ha venido a confirmarse con la expedición de la Ley de Seguridad Interior, con la que se oficializa la situación en la que ya vivíamos, en cuanto a que el país está militarizado hace tiempo, al tener al Ejército y a la Marina Armada, llevando a cabo labores policiacas que no les corresponden. Esta situación confirma el hecho de que las autoridades policiacas han sido rebasadas y son incapaces de contener la violencia desatada en un entorno de corrupción e impunidad exacerbadas.

2018 será un año muy complicado, debido a que habrá elecciones para Presidente de la República, con dos candidatos muy fuertes, postulados por partidos políticos ajenos al PRI, que se ha mantenido en el poder por muchos años, salvo los correspondientes a Fox y Calderón. López Obrador, de Morena, mantiene una amplia ventaja, seguido por Anaya, del PAN con otros partidos como el PRD, que conforman el Frente. Este escenario presagia una lucha descarnada, en la que el PRI habrá de recurrir a todas sus artimañas, entre ellas las del dinero sucio y la compra de votos, para impedir que alguno de los mencionados triunfe, y sea Meade, su candidato, que está posicionado en un lejano tercer lugar, quien ocupe la primera magistratura.

El 2018 no augura nada bueno. Tenemos frente a nosotros muchos peligros y pocas oportunidades.