Inmigrantes viven atemorizados por política de deportaciones de EUA

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Notimex  / La Voz de Michoacán.
Durante 24 años el mexicano Juan Vázquez ha sido repatriado y ha tenido problemas familiares por residir ilegalmente en Estados Unidos, pero la zozobra de volver a ser detenido es mayor debido a la actual política de deportaciones.

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La agresiva política de deportaciones de la administración del presidente Barack Obama ha llevado a Vázquez y a su esposa a considerar medidas difíciles en aras de proteger a su hija de seis años y su hijo de siete, ambos ciudadanos estadunidenses.

"Hemos pensado en dejar a los niños aquí, pero no hemos hecho los papeles", comentó Vázquez, originario del estado de Veracruz, al explicar su intención de tramitar una carta poder para que sus hijos queden a resguardo de familiares en caso de que él y su esposa sean deportados.

El riesgo es mayor en su caso por tener pendiente una orden de deportación decretada después que expiró la visa de trabajo con la que entró al país la última ocasión en 2004, menos de un mes después de ser detenido por segunda vez al intentar ingresar de manera ilegal.

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Vázquez, de 42 años, afirmó que tanto él como su esposa buscan evitar que ante una eventualidad como ésta, el Estado pudiera hacerse cargo de la custodia de sus hijos, como ha sucedido en otros casos.

"No es que pensemos dejar a vivir aquí a nuestros hijos. Es sólo como una protección, pues después mandaríamos por ellos", dijo el hombre, quien recordó con nostalgia el ambiente que prevalecía en 1988, cuando cruzó ilegalmente la frontera entre Tijuana y San Diego.

"Eran otros tiempos. Estaba todo tranquilo", añadió el mexicano, quien trabaja en el sector de la construcción.

La zona por donde Vázquez ingresó junto con otros tres hombres, pagando cada uno 300 dólares a "un guía", está dividida ahora por un muro, alumbrado por las noches con potentes reflectores y con un enorme despliegue de agentes y equipo tecnológico para disuadir los cruces ilegales.

Este cambio en el paisaje fronterizo ha sido consecuencia del reforzamiento que Estados Unidos ha implementado los últimos 12 años, por lo que ahora el número de agentes de la Patrulla Fronteriza supera los 21 mil, más del doble de los que había en 2004.

Las consecuencias de este reforzamiento se han hecho sentir como nunca durante los cuatro años del primer gobierno de Barack Obama, quien como candidato ofreció la aprobación de una reforma migratoria integral.

Durante el año fiscal 2012, el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) deportó a 409 mil 849 personas, con lo que estableció un récord, tras superar las 396 mil 906 alcanzadas durante 2011.

La mano dura reflejada en estas cifras ha sido criticada por agrupaciones promotoras de la reforma migratoria y han empañado el compromiso público que Obama adoptó para lograr su aprobación en su segundo mandato.

Aunque analistas opinan que las deportaciones buscan aplacar las críticas republicanas sobre el control de la frontera y fortalecer la posición de Obama en el debate político, sus consecuencias han colocado a muchos como Vázquez en estado de alerta.

Durante los últimos dos años, más de 200 mil padres de familia fueron deportados como resultado del programa Comunidades Seguras, mediante el cual las policías locales cooperaron con el gobierno federal en la deportación de inmigrantes indocumentados.

Obama, por su parte, ha desoído los reiterados llamados para decretar una suspensión temporal de las deportaciones y aseguró que las mantendrá hasta que cambie la ley o se concrete una reforma migratoria.

"Hasta que se cambie la ley, uno aplica las leyes que están en los libros", respondió el mandatario la semana pasada durante una entrevista de televisión.

En entrevista con Notimex desde su casa en Carolina del Norte, Vázquez aseguró no tener ninguna animosidad hacia el mandatario por las deportaciones, puesto que "lo único que él está haciendo es cumplir la ley".

Vázquez aseveró que "hay que entenderlo (a Obama) y no creo que sea cosa de él, porque estas son leyes que ya estaban (en vigor) antes", si bien acepta que el prospecto de ver familias separadas "no se le desea a nadie".

El inmigrante mexicano dijo entender las razones por las que el mandatario no impulsó el tema durante los primeros dos años de su primer gobierno, cuando los demócratas controlaban las dos cámaras del Congreso.

"Los primeros cuatro años fueron difíciles para el presidente. (Su antecesor George W.) Bush dejó muchos problemas", sostuvo al añadir que además de las guerras heredadas por el anterior gobierno, Obama tuvo que enfrentar una severa recesión.

Ahora, con el cambio de postura de los republicanos, quienes según Vázquez "estaban muy bravos antes", el mexicano tiene expectativas de que esta vez pueda regularizar su situación migratoria.

"Hasta Marco Rubio, que antes estaba en contra, ahora está a favor", dijo aludiendo al senador republicano por Florida, quien se ha convertido en el más visible promotor de la reforma en las filas de su partido en la cámara alta.

Pese a este optimismo, Vázquez dejó en claro su deseo de poner fin a la creciente incertidumbre con la que él y su esposa han vivido en años recientes, si este esfuerzo sucumbe frente a la oposición de los republicanos más conservadores.

"Gracias a Dios hemos podido construir una casa en México, y ahora tenemos un techo a donde llegar. Si no hay nada, pues nos vamos para México, y mis hijos podrán regresar después, cuando sean grandes, si así lo quieren", concluyó.