Proyecto turístico en México alarma a activistas

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Proyecto turístico en México alarma a activistas

Notimex / La Voz de Michoacán.
El único arrecife de coral vivo en el Mar de Cortés está nuevamente en peligro, dicen ambientalistas, apenas dos años después de que grupos activistas lograron persuadir al gobierno que impidiera la construcción de un desarrollo turístico con 30.000 cuartos de hotel en la zona.

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Después de ser una zona pesquera sobreexplotada, la vida marina alrededor del arrecife de Cabo Pulmo, cerca de Los Cabos, recobró fuerza después que hace dos décadas los habitantes de la localidad decidieran abandonar la pesca comercial y dedicarse a actividades de ecoturismo en la península de Baja California.

Sin embargo, los ambientalistas están alarmados por los nuevos planes para construir 22.000 cuartos de hotel, esta vez como parte de un proyecto dirigido por inversionistas chinos. Hubo abucheos y alegatos en una sesión realizada esta semana para escuchar comentarios públicos sobre la propuesta, la cual está en las etapas tempranas del proceso de aprobación.

Los promotores del proyecto, en uno de sus pocos pronunciamientos públicos sobre el plan, dicen que redujeron en cerca de un tercio el número de habitaciones propuestas en el proyecto previo, y que eliminaron el plan para construir una marina y una planta desalinizadora. Ofrecen tratar y reutilizar el agua de los acuíferos existentes.

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Sin embargo, los detractores del plan dicen que no hay suficiente agua dulce en la desértica península para abastecer el plan, y que el proyecto no considera las afectaciones que tendrían los desechos del desarrollo turístico sobre el arrecife.

Igual de preocupante para los detractores del proyecto Cabo Dorado es lo poco que se sabe de los acaudalados inversionistas: compañías chinas cuya relación con su gobierno es poco clara.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China no respondió a un correo electrónico enviado para saber si las empresas activas en México con compañías estatales chinas, y los portales web y comunicados de las empresas son imprecisos. Nadie respondió a varias llamadas telefónicas y correos electrónicos enviados a las compañías chinas involucradas en el proyecto.

Un anuncio publicado en periódicos mexicanos por un inversionista, Beijing Sansong International Trade Group, indica que el proyecto es respaldado por el gobierno chino, y dice que cuenta con 3.600 millones de dólares para invertir en el desarrollo turístico.

"De conformidad con los acuerdos suscritos en meses recientes entre el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el presidente de la República Popular de China, Xi Jinping... nos dirigimos a ustedes para hacer de su conocimiento que la empresa La Rivera Desarollos BCS, de la cual somos inversionistas, llevará a cabo un nuevo proyecto en la zona de Cabo del Este", afirma el comunicado.

Eso es lo que genera temor en los residentes de la zona vecina a Cabo Pulmo, como Judith Castro, cuya familia comenzó a pescar en la zona hace cerca de un siglo pero ahora ofrece buceo y otras actividades. A diferencia del poco solvente banco europeo que respaldaba el proyecto anterior, Castro teme que los chinos tengan el dinero disponible y "empiecen a construir en cuanto reciban un permiso".

"No nos oponemos al desarrollo", dijo Castro. "Pero estamos en contra del crecimiento descontrolado".

Ni Beijing Sansong ni La Rivera respondieron a solicitudes de comentarios, pero el portal web de la compañía menciona como socias a dos empresas afiliadas al gobierno chino. Una, China State Construction Engineering Corporation Limited, fue sancionada por el Banco Mundial por prácticas fraudulentas en un proyecto previo.

"Esta es una de las cosas que me parecen más preocupantes", dijo Exequiel Ezcurra, exdirector del Instituto Nacional de Ecología y profesor en la Universidad de California, campus Riverside. "Esta es una compañía de la que no puedes saber mucho... y ese es un gran problema".

Los urbanizadores afirman en su anuncio que su proyecto es un "concepto basado en la preservación ambiental", pero los detractores dicen que tan solo por su tamaño ello resulta imposible

"La cantidad de agua que necesitan... ni siquiera existe en esa región", dijo Octavio Aburto, investigador del Instituto de Oceanografía Scripps, con sede en San Diego.