Urgente erradicar el trabajo infantil y sus peores formas

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Notimex  / La Voz de Michoacán.
A tres años de que concluya el plazo fijado por organismos internacionales para erradicar "las peores formas de trabajo infantil", las historias de abuso contra niñas y niños se repiten en gran parte del mundo; faltan países por ratificar los convenios, y algunos que cuentan con legislaciones al respecto, no siempre las respetan.

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El 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, instituido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

La efeméride se instituyo en 2002, aunque los primeros esfuerzos internacionales en la materia datan de 1989, año en que el pleno de la Organización de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño reconociendo a los menores de 18 años como sujetos de derecho y estableciendo 54 derechos fundamentales.

Desde 1997, en las conferencias de Amsterdam y de Oslo se planteó la urgencia de poner fin al trabajo infantil por considerar que es un obstáculo para el ejercicio pleno de los derechos de la infancia, y se pidió a los gobiernos recopilar información y estadísticas para saber cuántos niños son empleados, qué edades tienen y en qué condiciones están.

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Para 1999 se emitió el convenio 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil, y se planteó que para este año, 2013, todos los países miembros lo ratificaran, de manera que en 2016 queden erradicadas dichas formas de trabajo.

Estas prácticas son: la esclavitud, la trata infantil (es decir compra venta de niños y niñas), la servidumbre por deudas, el trabajo forzoso y la explotación sexual.

También se consideran entre las peores prácticas, el involucramiento de niños en actividades ilícitas como el tráfico y la producción de drogas, y en actividades riesgosas y nocivas para la salud como la minería.

Las normas de la OIT sobre el trabajo infantil también exigen que se preste especial atención a la situación de las niñas y se realicen esfuerzos particulares para llegar a los niños en situación de alto riesgo.

La OIT enfatiza que el problema, la naturaleza y la magnitud del trabajo infantil es más común de lo que la sociedad cree, pues millones de niños realizan trabajo doméstico, por ejemplo.

A un niño o niña que entra en el mercado laboral prematuramente se le priva de educación y capacitación, necesarias para que ellos y sus familias salgan del ciclo de pobreza en que se encuentran.

Los niños que son víctimas de las peores formas de trabajo infantil se encuentran expuestos a maltrato físico, psicológico o moral que puede causarles daños para el resto de sus vidas.