Datos que debes saber sobre Pátzcuaro

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Foto: Visit Michoacán

Pátzcuaro, Mich.- El Pueblo Mágico de Pátzcuaro se encuentra a cinco kilómetros de la orilla del tranquilo lago que lleva el mismo nombre. Se encuentra a sólo 58 kilómetros de Morelia, justo a medio camino entre la capital michoacana y Uruapan. Es un apacible poblado con una encantadora arquitectura colonial, mercados llenos de color y una fuerte presencia indígena. En 1533, Don Vasco de Quiroga, evangelizador de los indígenas purépechas, fundó aquí un “nuevo mundo”, donde no sólo instruyó y defendió a los indígenas sino que también edificó escuelas y hospitales. Quiroga supo hacerse cargo del resentimiento indígena contra los excesos de los conquistadores españoles, lo cual le valió ser nombrado obispo. Mantuvo un extenso programa de trabajo social que le enfrentó a las autoridades y el clero; lo que le permitió mantenerse firme fue el respaldo del rey Carlos V de España.

Tres de los elementos básicos en la utopía del fraile aún pueden verse hoy: el paisaje con montañas cubiertas de pinos, abetos y juníperos alrededor del lago poblado de pescados y aves; los pequeños pueblos con casas de madera y adobe desde donde se asoman algunos de los más viejos monasterios e iglesias del país y, por último, las artesanías características de cada comunidad: maderas talladas y laqueadas, platería, alfarería, guitarras, trabajos en cobre y textiles.

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Pátzcuaro tiene dos plazas centrales y varias menores. La plaza principal está rodeada por mansiones del siglo XVII que miran hacia la estatua de Quiroga en la fuente central. En la segunda, llamada Plaza Gertrudis Bocanegra, se encuentran el mercado de artesanías, la biblioteca y el teatro Emperador Caltzonzin. En cada uno de estos edificios hay murales con la historia del estado. Otras joyas coloniales del pueblo son la casa de los 11 patios, el templo y exconvento jesuita, y la basílica de la Virgen de la Salud. Una de las cosas más disfrutables de Pátzcuaro son las lentas caminatas por sus plazas y tranquilas calles. En ellas se escuchan sus pirecuas –la música folclórica michoacana- y el tarasco, la lengua indígena local. Las fiestas más importantes de la región son los días de muertos, el 1 y 2 de noviembre, cuando los pescadores reman a través del lago hasta la isla de Janitzio en sus canoas iluminadas con velas.