Encapuchados en la procesión de Cristos, en Tlalpujahua

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Olivia Tirado /Corresponsal La Voz de Michoacán.
Tlalpujahua volverá a vivir la procesión de 37 Cristos, sus Dolorosas y sus San Juan, con los encapuchados, ya que éstos desparecieron paulatinamente de esta tradición, desde hace unos 25 años. “Era una procesión muy solemne, que impactaba, pues marchaban gentes con cirios, velas, con sus santos sobre los hombros o cargándolos; además de los encapuchados. Éstos últimos se fueron perdiendo poco a poco, tal vez influyó el aspecto económico. Aunque la iglesia del convento los incluyó en la procesión desde hace 10 años, nosotros, desde el 2012 hacemos lo posible porque se vuelvan a ver, pues eso es lo que le da misticismo a la procesión”, explicó Gabriela Marín Colín, directora de Turismo de este Pueblo Mágico.

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Para realizar esta procesión, los Cristos de las comunidades, llegan desde 8 o 15 días antes y las personas los depositan en el Templo de Nuestra Señora del Carmen, para pasearlos el Miércoles Santo, junto con los Cristos que están en la capilla de Puxtla, el Señor del Monte, el convento y más. La gente  recorre las principales calles con las figuras; sin embargo, se hace casi sin encapuchados.

Procesión Solemne.
“Yo recuerdo cuando era chiquita –como un sueño- que eran encapuchados los que cargaban las imágenes, pero poco a poco desapareció esa costumbre. Para recuperarla, el año pasado dimos 2 túnicas por comunidad y este año queremos implementar más. Quien desde hace 10 años ha ayudado a rescatar esta tradición es la iglesia del convento, pues volvió a vestir de encapuchados a los cargadores de las santas figuras”.

Afirmó Gabriela Marín Colín que esta procesión es muy lucida. Inicia en el santuario del Carmen y allí concluye, después de recorrer las principales calles. La gente de cada comunidad arregla a sus santos con pequeñas luces blancas o multicolores, reflectores a la cara, veladoras y más; de tal forma que las figuras lucen muy espirituales con la majestuosa arquitectura del lugar; lo que le da un toque de misticismo, que hace de esta procesión, algo único.

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Después de la procesión, los Cristos se quedan en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen,  toda la Semana Mayor. La siguiente semana, la gente de las comunidades se los lleva a sus iglesias. Son un Cristo o 2 por día. Las personas que vienen por ellos, se  los llevan con cantos y música en vivo. Una vez que llegan a su comunidad, los reciben con cuetes, banda y fiesta.  La gente de la cabecera, los despide poniéndoles un pequeño altar frente a las casas, por donde van pasando para honrarlos con flores, confetti y perfume.

“Creo que eso nos hace diferentes en cuanto a ceremonias de Semana Santa. Existe una parecida en Sevilla, España y me mueve el investigar la relación que hay entre la de Tlalpujahua y aquella. No es disparatado pensar que quizá tenemos influencia de ella, por las fusiones de la conquista en la evangelización”, especificó Gabriela Marín.

“Afortunadamente contamos con un Señor Cura que acaba de llegar y está muy dispuesto a rescatar las tradiciones, pues le interesa que Tlalpujahua luzca. Nosotros necesitamos que la gente venga a disfrutar de las tradiciones de nuestro Pueblo Mágico”, explicó la titular de Turismo.

Cristos valiosos.
Algunos Cristos tienen un alto valor artístico, como el de Zapateros, Carrillo, Señor del Monte y más, pues además de antiguos,  fueron hechos de pasta de caña y orquídea. El Cristo de Zapateros fue hecho a mediados Siglo XVI, también de pasta de caña con agua de orquídeas.