Región Lacustre espera que las ánimas vuelven a casa

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Angélica Ayala/ Colaboradora La Voz de Michoacán

Región Lacustre.-Una de las celebraciones más importantes para las comunidades indígenas de la Ribera del Lago de Pátzcuaro, es la Noche de Ánimas. Mismos que se preparan con días de anticipación para recibir a los espíritus; es a partir del 31 de octubre que el misticismo y la cosmovisión de los purépechas en torno a la muerte y las ánimas, toma forma a través de sus altares que colocan en sus casas y en las tumbas del panteón.La Noche de Muertos está catalogada como patrimonio intangible de la humanidad.

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Cada elemento del altar o de la ofrenda tiene un significado muy especial, las veladoras, los arcos forrados con flor de cempasúchil, las calaveras de azúcar, el tequila o aguardiente, el pan, la sal, el agua, la comida y ese olor que se percibe de la mezcla de todos los olores, solo se perciben durante la noche del 31 de octubre y la noche del primero de noviembre. Cuando se reciben a las almas que regresan del inframundo para abastecerse y continuar con su camino.

Con la velación de los Angelitos y de las Ánimas, los indígenas les dan la bienvenida a sus familiares que partieron al inframundo y estas dos noches vienen a visitarlos. A los Angelitos, que son niños, jóvenes o personas adultas que no se casaron, los velan el primer año en sus casas, son los padrinos de rango, los que llevan las ofrendas a los familiares de la persona fallecida, los demás también deben de llevar una ofrenda, por sencilla que sea.

Para más información consulta la edición impresa de La Voz de Michoacán del 30 de octubre de 2016.

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