La procesión de los Faroles, la tradición de Jiquilpan en honor a la Virgen de Guadalupe

Cada año, cintos de hombres peregrinos acuden a la Basílica de Guadalupe para encender su antorcha y regresar a Jiquilpan en donde sus familiares los esperan con gran alegría.

Redacción / La Voz de Michoacán

Jiquilpan, Michoacán. La procesión de los Faroles es una tradición del Pueblo Mágico de Jiquilpan, cada año, cientos de peregrinos hombres parten hacia la Basílica de Guadalupe para después, regresar a Jiquilpan con el fuego guadalupano en sus antorchas para agradecerle, pagarle las mandas hechas a la Virgen de Guadalupe, o simplemente por mera devoción a la Morenita.

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La peregrinación se realiza año con año del 9 al 11 de diciembre, el primer día los peregrinos parten hacia la Basílica de Guadalupe para después regresar en una carrera portando el fuego en sus antorchas. Los peregrinos corren durante dos días, y en su trayecto pasan por Morelia, Maravatío, Zacapu y Zamora, sitios en donde descansan ocasionalmente.

El 11 de diciembre, los devotos de la Virgen se reúnen en el Templo de San Juan y llenan las calles de Jiquilpan con el fuego de las cientos de antorchas que iluminan la noche con sus colores verde blanco y rojo, simbolismo que hace referencia a la bandera mexicana, reconociendo a la Virgen de Guadalupe como “La Patrona de México”.

La procesión avanza hacia el santuario guadalupano, que se encuentra en la parte alta del municipio, pasando por algunas de  las calles de Jiquilpan en donde la gente recibe a los peregrinos como unos verdaderos héroes por haber traído el fuego de la esperanza y de la fe, para finalmente, llegar a su destino y ser recibidos por amigos y familiares, quienes ya los esperan en el lugar con ramos de flores, confeti y ofrendas.

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Las caras llenas de cansancio de todos estos peregrinos se llenan júbilo, alegría y lágrimas al ver a sus esposas e hijas esperándolos en el santuario,  y haber pagado a la Morenita todas sus mandas. Las familias se juntan y entonces, pasada la media noche, comienzan a entonar las mañanitas a la “Reina de México y Emperatriz de América”.

La procesión de los faroles se ha vuelto una de las celebraciones más características y representativas del lugar, en ella participan casi todos los hombres de Jiquilpan, que cada 11 de diciembre llegan a cantar y celebrar con su familia a la santísima Virgen de Guadalupe.

Este año, la procesión se realizará el mismo 11 de diciembre a las 6 de la tarde en punto, reuniéndose en el estadio 18 de Marzo de la localidad.

Foto: Facebook / @visitmichoacan. 

¿Cómo inició la tradición?

Esta tradición data desde la década de los 40´s, cuando los primeros peregrinos viajaban hacia la basílica en camiones areneros y regresaban portando sus antorchas encendidas, hechas a mano y con materiales caseros, hacia Jiquilpan.

No fue hasta 1950 que las visitas a la basílica se hicieron más comunes y locales, durante esta década, los peregrinos comenzaron a hacer su recorrido desde Zacapu Zamora o Zaponan hasta Jiquilpan, pero desde los años 80´s, se comenzó con la idea de ir hacia la misma casa de la santísima Virgen con las antorchas, lo que continúa hasta nuestros días.