Las tradicionales mojigangas comienzan a pasear por las principales calles del Pueblo Mágico de Pátzcuaro

Las mojigangas es una de las tradiciones más representativas, sus grandes manos y cabeza, son cargadas con estructuras de madera y que por dentro quienes las cargan se la colocan en los hombros para que tengan movimiento.

Foto: Facebook Gobierno de Pátzcuaro

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. Las mojigangas han salido a las calles, justo un mes antes de la festividad en honor a la Virgen Inmaculada de la Salud, son esas grandes figuras que van danzando torpemente por las calles del centro histórico de Pátzcuaro y algunas colonias, son quienes anuncian la próxima celebración de la patrona de la arquidiócesis de Morelia y de Pátzcuaro; al terminar la misa de doce del día, del pasado domingo, el sacerdote bendigo a las mojigangas, a los músicos y quienes van pidiendo un apoyo.

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El tronido de un cohete anuncia que van a llegar las mojigangas, el tráfico vehicular se detiene y las personas detienen sus pasos, la música toca sus sones y las grandes figuras entran a la calle, bailando, tratando de encajar con el son, sin embargo, son tan altas que sus movimientos son toscos, la gente no pierde oportunidad, prende sus celulares y empiezan a grabar, tomar fotos a transmitir en vivo, “un apoyo para las mojigangas”, se escucha decir a una de las mujeres que llevan una alcancía que cargan con una cuerda que pasa por la parte de atrás de su cuello.

A un mes de tener la festividad religiosa más importante de Pátzcuaro, a la imagen de la Virgen Inmaculada de la Salud, las mojigangas recorrerán las colonias y las calles que conforman el centro histórico de la ciudad, van anunciando que pronto será la festiva de Pátzcuaro, que se venerará a la patrona del arquidiócesis de Morelia.

Las mojigangas es una de las tradiciones más representativas, sus grandes manos y cabeza, son cargadas con estructuras de madera y que por dentro quienes las cargan se la colocan en los hombros para que tengan movimiento.

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Las mojigangas fueron utilizadas por los frailes españoles para evangelizar a los indígenas de la región, en algún momento de la historia se volvieron un anuncio para la fiesta de la Virgen de La Salud, sin olvidar la esencia purépecha ya que entre las figuras está una mujer indígena vestida a la usanza tradicional, así como un hombre y una mujer con un estilo más españolizado.

De acuerdo al historiador, Fernando Mendoza, “la tradición señala que los gigantes o cabezudos formaban parte de las fiestas de Santa Teresa en Ávila, cabecera de la provincia de Madrigal, terruño de don Vasco. Se dice que fue la fuente de inspiración para la creación de las mojigangas en Pátzcuaro, las cuales propiciaron que los originarios o naturales se congregaran, lo cual ayudó para su evangelización.

“También se dice que en España eran utilizadas para representar a personajes de manera satírica por su aspecto cómico y exótica vestimenta. Las mojigangas, algunas alcanzan los tres y hasta los cuatro metros de altura, hechas de cartón prensado, carrizo y cubiertas de tela, bailan de manera rítmica bajo los acordes de la música de cuerdas, haciéndose presentes los domingos de noviembre por las principales plazas y calles de nuestra ciudad”, mencionó.

Asimismo, dio a conocer que, las mojigangas “han pasado a formar parte de nuestro entorno cultural y desde hace varias generaciones la familia Tena Mora, y en su momento, doña Esperancita Correa y Eugenio Calderón, han ayudado a que la tradición se conserve”; además, recordó que Doña Teresa Castello de Iturbide en el libro Pátzcuaro Cedazo de Recuerdos, dice: “Antiguamente también salían las mojigangas el día de Corpus, acompañadas de la tradicional tarasca, representada por una gigantesca tortuga que ahuyentaba a los chiquillos”.

La emoción por ver a las mojigangas, paralizó por algunos momentos el tráfico y a las personas, no así a una pequeña que corrió a los brazos de su abuelita al ver tan gigantescas figuras, que danzaban y caminaban al mismo tiempo, sin embargo, el miedo pasó rápido al ver que de adentro de la gran figura salía un hombre cansado de cargarla en sus hombres y de moverla para que bailará.

Al caminar las mojigangas, se pide una cooperación voluntaria para el pago de la música de cuerdas y para los gastos que se generan durante su recorrido, así como la compra de los cohetes que minutos previos a que entren las mojigangas a bailar lo lanzan para que truenen y anuncien su llegada.