Madres dominicas de Pátzcuaro abren al público exposición sobre el achoque

El animal, de la familia del ajolote, es endémico de Pátzcuaro y desde los años 80 las religiosas lo han preservado y estudiado

Foto, Angélica Ayala.

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. Para conmemorar el 275 aniversario de su llegada a Pátzcuaro, las madres dominicas inauguraron la exposición “Cultivar y promover el achoque”, una especie endémica del Lago de Pátzcuaro y que solamente se podía reproducir en su hábitat; sin embargo, las religiosas han realizado una investigación por más de tres décadas del Ambystoma dumerilii, nombre científico del achoque, que además era un animal que formaba parte de la alimentación de los pueblos purépechas, principalmente de la ribera del lago.

PUBLICIDAD

En el Salón Santo Domingo, a un costado del convento, las también guardianas de la Virgen Inmaculada de la Salud colocaron las peceras da cada una de las etapas del achoque, así como una breve explicación del trabajo científico que han venido realizando desde 1985, cuando el animal acuático empezó a escasear, mismo que utilizaban para elaborar el jarabe de achoque, que tiene propiedades medicinales para problemas respiratorios como el asma, tos grave, entre otros, así como la anemia.

Foto, Angélica Ayala.

Sor Ofelia Morales Francisco, quien ha trabajado en este proyecto desde el inicio, mencionó que a diario se aprende algo del achoque, ya que su comportamiento es muy variado. “Hemos documentado todo, aprendido sobre lo que íbamos viendo, todos los días se aprende algo nuevo de esta especie”, explicó, mientras los visitantes observaban detalladamente las peceras donde tienen a los ejemplares, desde el huevo transparente y que deja ver al animal, hasta cada una de sus etapas al llegar a ser adultos.

Aunque este proyecto lo iniciaron en los 80, fue hace 22 años que se formalizó la investigación de la especie, misma que fue acompañada por biólogos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. “Hemos enfrentado problemas de todo, desde saber qué medicamento le hace bien al achoque, la temperatura, distinguir machos y hembras, pero además el cuestionamiento y negativas de dependencias gubernamentales, esto se dio sobre todo al inicio”, explicó sor María Carmen Pérez Saldaña, de las iniciadoras del cultivo del achoque.

PUBLICIDAD
Foto, Angélica Ayala.

El interés inicial fue no quedarse sin la materia prima del jarabe del achoque, sin embargo, al adentrarse más al conocimiento de esta especie única en el mundo, y que tiene cierto parecido con los ajolotes, la capacitación e investigación que realizaron las llevó a generar un banco genético del achoque, con el cual la especie no se va degenerando, es decir, cuidan la genética del animal y lo van documentando, como una especie de árbol genealógico, lo que les ha permitido mejorar, conservar y evitar el deterioro del achoque.

“Ha sido un trabajo científico y de investigación porque no sólo es el cultivo del achoque, sino que generamos un banco genético, de aquí se puede favorecer a las universidades si solicitan hacer un estudio, o alguna universidad que quiera estudiar determinada parte del animal”, mencionó la religiosa, el tener un registro de la genética “se va a conservar la especie para que no haya deterioro de la misma”.

Foto, Angélica Ayala.

La exposición que estará abierta este domingo a partir de las 10:00 de la mañana es para que la gente de Pátzcuaro y Michoacán, e incluso del mundo, al tratarse de una especie única, sientan ese compromiso e importancia de conservar la especie. “Es manifestar a los michoacanos y sobre todo a los patzcuarenses que nosotras somos de aquí, que se sientan comprometidos en apoyar este proyecto que se sigue conservando”.

Las religiosas comparten los conocimientos del achoque entre ellas, “en lo general son dos o tres hermanas las encargadas, aunque todo el convento estamos involucradas, enseñando a las demás y aprendiendo, todas participamos en la conservación del achoque, otras más en documentar”, mencionó sor María Carmen, quien coincidió con sor Ofelia al señalar que, desde la apertura del cultivo y al tener el achoque un comportamiento diverso, “cada día se van encontrando novedades”.

Foto, Angélica Ayala.

Al paso de los años, al ir aprendiendo de capacitaciones y de conocer al animal, el trabajo se ha optimizado, por ejemplo, al inicio se tenía que sacar al achoque en una fuente para que comiera la lombriz, “observamos que a la lombriz no le pasaba nada estando en el agua, la misma naturaleza nos ha ayudado para la conservación. Al descubrir esto solo les colocamos la lombriz y comen, ya no es necesario sacarlos y regresarlos a su pecera”.

No descartó un proyecto a largo plazo, ya que, al contar con el apoyo de tres biólogos, está la intención de regresar al achoque a su hábitat original, el Lago de Pátzcuaro, “es un proyecto a muy largo plazo, porque no es sólo soltarlo y ya, es tener un espacio adecuado para vigilarlo y asegurar su supervivencia, es algo que en algún momento se puede dar si se generan las condiciones, es más importante la conservación del achoque que el jarabe, porque es valorar el equilibrio ambiental”.

Foto, Angélica Ayala.