Si una muchacha le gusta, el joven le da una palma de Domingo de Ramos; ocurre en este pueblo purépecha

Si ella acepta, entonces la lleva a bendecir en la misa del Domingo de Ramos y cuando vuelve a casa, se encuentra con el muchacho que la espera ahí para invitarla a salir.

Foto: Cortesía.

Redacción / La Voz de Michoacán

Uruapan, Michoacán. En este pueblo cercano al Paricutín tiene lugar una peculiar tradición que marca el inicio de las celebraciones de la Semana Santa.

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Es en la comunidad purépecha de San Lorenzo, del municipio de Uruapan, donde los jóvenes varones obsequian palmas a las muchachas con las que desean entablar amistad, noviazgo o matrimonio; posteriormente ellas acuden al templo para llevarlas a bendecir el Domingo de Ramos.

En este pueblo, también la elaboración y bendición de las palmas constituye un rito de paso, un ceremonial para marcar el tránsito de un estado a otro en la vida de una persona.

¿EN QUÉ CONSISTE LA PECULIAR TRADICIÓN?

De acuerdo al testimonio de la Maestra Cocinera Tradicional Benedicta Alejo Vargas –recogido por la Secretaría de Turismo del estado–, originaria de esa comunidad, comenta que cuando una joven inicia amistad o relación con un muchacho, prepara un canasto con alguna servilleta bordada por ella misma, en el que le lleva tortillas bicolores a base de maíz “teneri” y algún otro alimento, en la semana que antecede al Domingo de Ramos.

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El muchacho entonces sube al cerro por el “Cheranguerán” para cortar una palma grande, de hasta 2 metros y otra chiquita. Al llegar a su hogar, su abuela, sus tías, sus primas y demás parientes, le ayudan a tejerla y adornarla con listones, flores –hoy ponen gladiolas y crisantemos, antes ponían orquídeas del cerro- y otros obsequios como delantales, billetes, rebozos, etc.

La mamá del joven ofrece una cena a todos los presentes y cuando la palma está lista, el varón acompañado por su familia la lleva a casa de la dama escogida y si no son novios, le dice a los padres que se trata de un obsequio, de una flor, no de un compromiso. La joven pide permiso para recibir o rechazar el arreglo. Si acepta, la lleva a bendecir a la misa del Domingo de Ramos y cuando vuelve a su casa, se encuentra con el muchacho que la espera ahí para invitarla a salir.

Foto: Cortesía.

De acuerdo con la investigadora Alicia Cruz, las palmeras comienzan a llegar a la entrada del pueblo desde las 7 de la mañana. Ahí las encuentra el sacerdote, quien bendice las palmas y preside un recorrido por la calle principal seguido por las guananchas (jóvenes doncellas) que llevan a la virgen en andas y por las palmeras elegantemente vestidas para esta solemne ocasión. Cantan y rezan hasta llegar al que en otro tiempo fuera el atrio de la capilla. Allí se desarrolla la misa principal ante “un panorama florido, solemne y emotivo mezclado con rezos y cánticos y las espectaculares palmas bellamente adornadas”.

Al finalizar la bendición, las jóvenes descuelgan los adornos. Si son prendas de vestir las estrenan ese día y si es dinero se lo gastan en el Domingo de Ramos en Uruapan.

Benedicta Alejo coincide con Alicia Cruz en que “el adorno principal y más tradicional de la palma es la orquídea amarilla con pétalos como de cera llamada arhorakua”.

Las niñas del pueblo también llevan palmas que generalmente son más pequeñas. Miden alrededor de medio metro y las adornan con flores moradas.