Ubicado a las faldas del Paricutín, Angahuan comparte al mundo su riqueza purépecha

Abrirá las puertas de su museo arqueológico, en el que comuneros, jóvenes y líderes de este pueblo originario se involucraron en su construcción.

Foto: Cortesía.

Redacción / La Voz de Michoacán

Michoacán. Angahuan abrirá sus puertas a lo que será un museo que retrate la vida antigua de Michoacán y en especial de esta comunidad indígena, que es de las pocas en las que aún se conserva el idioma y cultura purépecha, en más del 90% de su población, a la vez que se convive con otras tradiciones e idiomas.

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Ubicado a las faldas del volcán Paricutín, Angahuan abraza lo más puro de la cultura purépecha y busca compartirlo con el mundo, a través de su museo arqueológico, para el cual tuvieron todo el apoyo del Colegio de Michoacán, así como del gobierno federal, a través del Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMyC).

Comuneros, jóvenes y líderes de Angahuan se involucraron en la construcción del espacio para el cual también se presentaron papeles ante en el INAH, instancia que envío a dos investigadores para dar seguimiento al proceso de instalación.

Una rica colección de piezas arqueológicas, así como una etnobiblioteca para los estudiantes e investigadores tanto locales como foráneos, son parte del acervo que se mostrará en el museo a partir de este sábado 20 de febrero, fecha en que será la inauguración con todas las medidas protocolarias que se exige la pandemia.

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Manuel Sosa, habitante de la comunidad y uno de los principales impulsores de este proyecto, contó a La Voz de Michoacán que la idea surgió a partir de otros intentos que ya se habían realizado antes en Angahuan, pero ahora se buscó concretarlos y así mostrar al turismo la riqueza cultural de este bello lugar.

Fue meses atrás, a partir del hallazgo de una piedra grabada con el juego prehispánico del k’uichi, que la idea de levantar el museo se hizo más fuerte. El hallazgo ocurrió en la parte posterior de las instalaciones del Colbach (Colegio de Bachilleres) plantel Angahuan.

“Lo notificamos al doctor en arqueología, Alejandro Olmos Curiel, quien acudió a registrar la piedra. Esta piedra fue hallada por el entonces joven bachiller Eliseo Fabián Bravo y junto con David Bravo Toral me lo comunicaron”, relata Manuel Sosa.

Sin embargo, poco después se encontró en Angahuan otro petrograbado con el mismo juego, lo que motivó aún más la creación del museo para el cual muchas familias de la comunidad donaron piezas arqueológicas que tenían guardadas en sus casas.

Un grupo de estudiantes del Colbach que se autodenominaros como Los Guardianes de la Historia De Angahuan se involucraron de lleno en el proyecto y recabaron las piezas arqueológicas en calidad de donación.

La inauguración del museo comunitario en Pichátaro, fue otro de los motores que impulsó a Angahuan a concretar el proyecto.

El Colegio de Michoacán de Zamora brindó una mano a la comunidad indígena, escaneando muchas fotos tomadas del legendario libro Paricutín, que fue escrito por el vulcanólogo Ezequiel Ordóñez, quien fue el encargado de estar monitoreando la erupción del volcán.

A decir de Manuel Sosa, la apertura de este museo se debe en gran medida a las gestiones del antropólogo Dr.Andrew Roth Seneff del propio Colmich, así como al apoyo de Susana Ortiz Chavez, licenciada en la historia del arte y museógrafa.

“La maestra Catalina Rodríguez Lazcano también ha sido fundamental en nuestro proyecto, así como Noé Martínez, María Sosa, grandes artistas… ellos ayudaron en los cimientos y esperemos que por muchos años exista este espacio, y que con el tiempo se vaya fortaleciendo”, expresó Manuel Sosa.