Rinden homenaje a destacado artista alumno de Frida Kahlo

Nació en 1925, hace 94 años, en el municipio de Panindícuaro, entre Michoacán y Guanajuato, y que significa lugar de la ofrenda. Hay antecedentes de que ese pueblito tiene sus orígenes prehispánicos, por lo que las raíces de Estrada Hernández las mantiene vivas e intactas y las ha llevado más allá al plasmarlas en sus obras que han sido un referente.

Foto: Cortesía.

Jorge Manzo/La Voz de Michoacán
Pocos como él. Discípulo de los más influyentes: Frida Kahlo, Diego Rivera y José Clemente Orozco, el maestro Arturo Estrada Hernández recibirá el máximo galardón que otorga Michoacán a las artes. Él, pintor, muralista y con una trayectoria de más de 75 años, es considerado uno de los más grandes referentes que le ha dado esta tierra a la cultura nacional. El Centro Clavijero le ha dado su lugar en el firmamento al homenajear su obra que ha recorrido Alemania, China, Colombia, Francia, Polonia, Rusia y Venezuela.
Arturo Estrada fue uno de los estudiantes del grupo de Frida Kahlo llamado “Los Fridos” y ha creado murales en diversas partes de la Ciudad de México, tanto en lugares públicos como privados, incluyendo uno que data de 1988, localizado en la estación del metro Centro Médico en la Ciudad de México. En Michoacán, su tierra natal, no se le había brindado ningún tipo de homenaje hasta que el Centro Cultural Clavijero volteó su mirada hacia el maestro quien trajo “Retrospectiva”; él también ha expuesto en Palacio de Bellas Artes.
Nació en 1925, hace 94 años, en el municipio de Panindícuaro, entre Michoacán y Guanajuato, y que significa lugar de la ofrenda. Hay antecedentes de que ese pueblito tiene sus orígenes prehispánicos, por lo que las raíces de Estrada Hernández las mantiene vivas e intactas y las ha llevado más allá al plasmarlas en sus obras que han sido un referente. Es considerado un tesoro vivo para la cultura del país, y por su cuenta él se asume como fiel al estilo figurativo y a la ideología del muralismo mexicano.
La maestra Sandra Aguilera Anaya, directora del Centro Cultural Clavijero, se dijo honrada que la obra de Arturo Estrada haya sido expuesta en el recinto que dirige. Resaltó el gran legado que el michoacano ha ido construyendo para el patrimonio nacional, por lo que consideró que el Premio de las Artes Eréndira que se le entregará en su edición número 15, es en respuesta al orgullo que despierta el artista que ha logrado romper todo tipo de fronteras llevando su creatividad plasmada en murales.
El aporte de Arturo Estrada
Arturo Estrada asistió a Diego Rivera en los mosaicos del Museo Anahuacalli; después, en el estadio de Ciudad Universitaria y apoyó a José Clemente Orozco en el mural exterior de la Escuela Normal, y actualmente imparte clases en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado "La Esmeralda", donde fue estudiante en 1948.
También colaboró con José Clemente Orozco en el mural exterior de la Escuela Nacional de Maestros, y con Juan O´Gorman en el complejo muralístico de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.
Estrada es conocido por el uso de una amplia variedad de colores brillantes, y su estilo que mezcla elementos del folklore mexicano, escenas típicas del país, flores y frutos. Sin embargo, muchos de sus trabajos tratan sobre la miseria de la existencia humana. Produjo trabajos en acrílico, mosaico (piedra e italiano), aceites, y murales en encáustico y fresco.
Sigue en la observación y el análisis de su entorno. Actualmente trabaja en la recopilación de lo que podrá ser su siguiente obra: “estoy tomando apuntes, sobre la migración que ahora invade todo el mundo, tengo algunos apuntes que pienso realizar, espero ejecutarlos”, dijo hace unos meses, en espera de que pronto se revelen más detalles de su nueva obra maestra.
Su avance, está en una serie de dibujos y apuntes sobre cómo se ha desenvuelto la vida de los pueblos y que algunos no han conseguido el beneficio social y el equilibrio económico y social.

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Aunque fue hasta los 12 años que Arturo Estrada migró de Panindícuaro, Michoacán a Ciudad de México, lugar donde se desarrolló completamente como artista, desde pequeño se dio cuenta de que esta era su vocación.
“Cuando llegué a la escuela de pintura daba clase nada menos que Frida Kahlo y su esposo daba clases de muralismo, Diego Rivera. Yo sabía que eran artistas muy conocidos y con ellos hice mis primeros inicios sobre este tipo de trabajos y los seguí hasta que murieron”, dijo en su momento el michoacano.
Fue con estos artistas con quienes inició sus primeros trabajos, situación de la que se siente honrado pues asegura que ellos dejaron una huella plástica del momento social que les tocó vivir.

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Con esta guía fue que comenzó a definir su propio estilo de pintura, en el que destacó siempre el retratar la lucha y día a día de los pueblos de México.