Alberto Korda y la fotografía más icónica del siglo XX

La foto no sólo se volvió un símbolo de las luchas revolucionarias, sino que ha generado millones de dólares en ganancias al ser un icono de la cultura pop.

Redacción / La Voz de Michoacán

Hace 60 años, el fotógrafo Alberto Korda contaba apenas con 32 años de edad cuando hizo la fotografíamás importante de su vida y de las más icónicas del siglo XX: “Guerrillero heroico”. La foto no sólo se volvió un símbolo de las luchas revolucionarias, sino que ha generado millones de dólares en ganancias al ser un icono de la cultura pop.

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Historia de una fotografía histórica

Durante la madrugada del 4 de marzo de 1960, llegó a Cuba el barco francés La Coubre, y luego de que atracó, comenzó la descarga de las mercancías que transportaba, entre ello, municiones y armamiento destinado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas: más de mil 400 cajas llenadas en las fábricas belgas y con extrema seguridad. Ese armamento era necesario en Cuba para fortalecer su defensa ante los ataques y amenazas paradestruir a la Revolución.

Ya para las 15:10 horas de ese 4 de marzo, una explosión destruyó una parte del navío en un atentado perpetrado en la PanAmerican Docks, ordenado al parecer por Estados Unidos.

El atentadodejó más de 100 personas muertas y otras 200 heridas, pero 30 minutos después ocurrió una segunda explosión, que mató a todos aquellos que se apresuraron a rescatara los primeros muertos y heridos cuyo número definitivo jamás fue confirmado. Desde ese momento Estados Unidos utilizaría todos sus recursos para destruir la revolución emprendida por Castro.

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Al día siguiente, el 5 de marzo, se llevó a cabo el funeral y homenaje para las víctimas en un evento masivo en el Cementerio Colón, de La Habana. En una plaza repleta de gente se armó un templete donde se honraría a los fallecidos. Alberto Korda estaba en primera fila, realizó algunas fotos de Castro, así como de la pareja de filósofos Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, quienes asistieron al homenaje.

Ya eran las 11:20 horas cuando, a unos metros frente a Korda, detrás del escenario, se asomó el joven ministro de Industria para ver a la multitud.

Con 31 años de edad, Ernesto “Che” Guevara estaba visiblemente iracundo, dolido y frustrado. A decir del fotógrafo, los ojos del guerrillero parecieron concentrar todos sus sentimientos.

Korda tomó su cámara Leica M2 de 35milímetroscargada con película Kodak Plus-X y equipada con un objetivo de 90milímetros. Disparó el botón de obturación dos veces, la primera para un encuadre horizontal, giró la cámara y realizó una segunda y última toma vertical. El Che desapareció tan rápido como llegó.

Korda estaba en una posición físicamente inferior al lugar en el que apareció el Che, por lo que logró una toma ligeramente contra-picada, es decir, de abajo hacia arriba. Esta clase de ángulo de toma confiere al sujeto dignidad y superioridad. El fondo era simple, por lo que no competía con el sujeto.

Años después, Korda relataría que al momento de las fotos el Che miraba a Castro, como intuyendo una despedida. El argentino saldría de Cuba tiempo después.

Una vez que concluyó el acto, Korda fue al laboratorio, reveló los negativos e imprimió las fotos que aparecería en la edición del periódico de la mañana siguiente, pero esa foto no fue publicada en ese momento.

A los editores cubanos del periódico Revolución pareció no importarles demasiado la familiar figura del comandante Guevara,era más atractivo, en términos periodísticos para aquel tiempo y lugar, publicar las imágenes de los distinguidos visitantes extranjeros y del líder revolucionario, Fidel Castro.

Alberto Korda escogió el fotograma número 40, la imagen horizontal del Che. En el cuarto oscuro amplió la imagen pero recortó los elementos distractores para dejar un centro de interés limpio: el rostro poderoso de Ernesto Guevara.

La imagen más icónica del siglo XX

Aunque Revolución no prestó atención al Guerrillero Heroico, la placa por supuesto le gustó a Korda, quien la exponía en su estudio y a veces obsequiaba una copia a algún visitante afortunado, como fue el caso del editor italiano GiangiacomoFeltrinelli, quien solía viajar a Cuba desde los primeros años de la revolución.

Feltrinelli publicó un cartel con esta fotografía. Vendió dos millones de estos impresos a los seis meses de la muerte del Che Guevara, ocurrida en el combate de Quebrada del Churo (La Higuera), en Bolivia.

La foto apareció por primera vez, sin crédito de autoría, en el número 958 de la revista Paris Match, en agosto de 1967, en el artículo titulado “Les Guerrilleros”. No se sabe cómo la obtuvo la revista.

Por aquella época, el artista irlandés JimFitzpatrick usó la imagen del Che para un cartel. Fitzpatrick adujo que obtuvo la fotografía del grupo holandés anarquista Provos, quienes dijeron que obtuvieron la imagen de Sartre.Esta imagen estilizada que realizó Fitzpatrick apropiándose de la fotografía de Korda fue a su vez tomada por Andy Warhol, famoso también por sus apropiaciones, y creó la serigrafía con múltiples colores típicos del artista estadounidense. En ese momento el Che dejó de ser una figura revolucionaría y se convirtió en un logo, en un icono de la cultura pop.

Un año después la imagen resurgió entonces en unos carteles en el metro de Nueva York pintados por Paul Davis en una publicidad para la revista EvergreenReview.

Entonces a fotografía le dio la vuelta a un mundo en estado generalizado de revuelta desde París hasta Tlatelolco, el planeta estaba en convulsión: era 1968 y la imagen del Che, realizada por Korda, se vería plasmada en tatuajes, botellas, camisetas, bordados, serigrafías, esculturas y cualquier cantidad imaginable de técnicas de reproducción gráfica. El Victoria & Albert Museum declaró que ha sido la fotografía más reproducida de la historia.

El genio tras la cámara

Alberto Díaz Gutiérrez nació en 1928 en el barrio de El Cerro en La Habana, Cuba. Hijo de un operador de telégrafo en el ferrocarril y de un ama de casa. Estudió estenografía y trabajó para Sabatés SA, rama cubana de Procter & Gamble. Alberto realizaba publicidad para la empresa yluego se hizo vendedor de máquinas de escribir y cajas registradoras para otra firma estadounidense.

Korda recuerda su primera cámara: “Alguien regaló a su padre una pequeña 35mm. Yo la cogí y la llevaba en mi maletín a donde quiera que iba”.

Luego de un tiempo abandonó las ventas y el trabajo de oficina para hacerse fotógrafo social (bodas, bautizos, banquetes) y se asoció con Luis Pierce.Así iniciaron un estudio de fotografía comercial especializado en moda. Díaz Gutiérrez adoptó, entonces, el pseudónimo “Alberto Korda” o simplemente, “Korda”. El apellido Díaz era muy común en Cuba, y Alberto, que daba sus primeros pasos como fotógrafo de publicidad y moda, había visto un filme de los hermanos húngaros Alexander y Zoltan Korda. Los dos socios pensaron que Korda sonaba a Kodak y que sería fácil recordar un estudio llamado así. El éxito del estudio no se hizo esperar y Korda pronto adoptó un estilo de vida de playboy.

Korda entonces conoció a una modelo alta y elegante llamada Natalia Méndez, mejor conocida como Norka, que se convertiría en modelo, musa y amante de Korda, quien se consolidó, finalmente,como en el mejor fotógrafo de moda en Cuba.

A pesar del gusto de Korda por un estilo de vida disipado, en sus recorridos por La Habana como vendedor de máquinas de escribir comenzó a realizar fotografías de los temas que turbaban su corazón, especialmente los niños pobres que usaban como juguetes lo que encontraban en las calles.

Cuando la Revolución irrumpió en la isla, Korda se adhirió rápidamente a la causa con una de las armas más poderosas: su cámara. Comenzó a trabajar con Raúl Corrales, el fotógrafo oficial de Fidel Castro.

Korda, Corrales y José Figueroa se convirtieron en los grandes documentadores de la Revolución cubana y entonces Alberto se convirtió en un ferviente partidario de la Revolución, que el dio la oportunidad de eliminar la frivolidad de su trabajo, pero aplicó toda la experiencia de su trabajo de publicidad al nuevo centro de su obra; sustituyó a Norka por los líderes revolucionarios pero utilizó el mismo lenguaje de la moda para construir y vender una imagen de contenido simbólico.

En 1959 Korda empezó a publicar sus imágenes de la Revolución. Primero siguió a Castro por la Sierra Maestra y llegó, eventualmente, hasta Ernesto “Che” Guevara, pero el médico argentino no se lo hizo fácil: lo obligó a trabajar con otros obreros y campesinos cortando caña.

Al triunfo de la Revolución, Korda siguió fotografiando a los líderes, ahora gobernantes de la isla, lo que le permitió tomar la emblemática imagen.

Alberto Díaz Gutiérrez murió en 2001 de un infarto en París, mientras dormía la siesta en un sofá, junto a los restos de un trago de ron blanco. Fue sepultado en el Cementerio Colón, en La Habana, junto con las víctimas de la explosión de La Coubre.