Benito Taibo: "Solo me postro ante los altares de la ciencia y la literatura"

«Volveremos y estaremos presentes, y seremos quiénes éramos con otras medidas, con otros protocolos sociales que irán sin duda cambiando», vaticina.

Foto: Internet

EFE / La Voz de Michoacán

Aunque extraña las ferias del libro masivas y los tacos al pastor, Benito Taibo no ha pasado "tan mal" la pandemia porque los escritores están acostumbrados a estar encerrados, y siempre optimista confía en que la ciencia nos saque pronto de este "atolladero" al que nos metió el coronavirus.

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"Yo solo me postro ante dos altares, el de la ciencia y el de la literatura", confiesa este domingo Taibo (Ciudad de México, 1960) durante una videollamada con Efe.

El reconocido escritor les brinda todo su culto porque la primera "está luchando todos los días para intentar sacarnos del atolladero", mientras la segunda "nos ha salvado arriba, en la cabeza", comenta risueño.

Y si algo ha aprendido es que las palabras "otredad", "solidaridad" y "acompañamiento" están hoy más vigentes que nunca: "No nos podemos salvar solos. Tenemos que salvarnos en comunidad y si no aprendemos esta valiosa lección durante la pandemia, estaremos condenados", reflexiona.

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Taibo ha celebrado ya al menos dos aniversarios en pandemia. El primero, su 60 cumpleaños, y ahora los 10 años de la publicación de "Persona normal" (Grupo Planeta), una de sus novelas más insignes.

Y decidió actualizarla, fue "como dos amigos que tocan a la puerta y se sientan a comer como si el tiempo no hubiera pasado".

Las increíbles historias de Sebastián, un niño huérfano adoptado por su tío Paco, siguen teniendo éxito como el primer día, algo que nunca habría pensado su autor, pues los libros "sobreviven un par de meses o tres, si tienen suerte" en los aparadores.

Precisamente este libro fue escrito desde el "alma" para agradecer a la literatura todo lo que ha dado a Taibo, hijo y hermano de los también escritores Paco Ignacio Taibo I y Paco Ignacio Taibo II.

"La literatura te da la posibilidad de ver con otros ojos, de sentir con otros oídos y probar con otras bocas; es una enorme generadora de personalidad", desgrana en una retahíla de elogios.

PENSAMIENTO MÁGICO

Pero "Persona Normal" también fue una pequeña concesión a su defensa de lo científico, pues retrata ese "pensamiento mágico" tan presente en la vida cotidiana de México, algo que entendieron perfectamente Gabriel García Márquez y Juan Rulfo.

"Los mexicanos vamos al médico porque confiamos en la ciencia pero llevamos un 'ojo de venado' en el bolsillo por si acaso", explica sonriente Taibo, quien aclara que el ojo de venado es una semilla, no es que los mexicanos vayan dejando ciegos a los ciervos.

Diez años después de su novela, Taibo observa feliz cómo los jóvenes se pasan el libro mano en mano, pues él mismo sigue siendo "ese chico de 17 años en un cascarón algo jodido que todavía aguanta".

El también promotor de la lectura y director de la radio universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) asegura sin un ápice de duda que "hoy se está leyendo más que nunca" en México.

"Acabo de tener una conferencia de fomento de lectura con 1.200 chicos conectados a la pantalla. No hay auditorios escolares que aguanten este número de gente", explica complacido porque la tecnología permite estos encuentros.

Lo único que lamenta es que a través de videollamadas por Zoom u otras plataformas sus chistes no reciban tanta retroalimentación.

Pero confía en que "pronto" todos podremos "mirarnos a los ojos" en las grandes ferias del libro, en los puestos de tacos al pastor o en el montón de lugares que extraña.

"Volveremos y estaremos presentes, y seremos quiénes éramos con otras medidas, con otros protocolos sociales que irán sin duda cambiando", vaticina.

Mientras tanto, no ha dejado de trabajar porque no sabe "hacer otra cosa" que escribir. Está terminando un pódcast de mitos y leyendas de Grecia y un libro sobre comida, porque "la cocina es cultura", reivindica.

"Se pueden alimentar las ballenas azules, los conejillos de indias y las cobras, pero comer es un acto social y cultural. Te reúnes alrededor de una mesa y no solo degustas platillo sino que intercambias opiniones y leyendas", describe.