Cien años del nacimiento de Octavio Paz

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Astrid del Ángel / La Voz de michoacán.
La soledad fue quizás la única acompañante fiel de Octavio Paz, desde niño pasaba largas horas sin compañía, por lo que su refugio fueron los libros. Primero la lectura, poco después comenzaría a escribir. En su juventud tuvo grandes maestros y amigos de los que aprendió y disfrutó largas charlas; no obstante, en sus textos aún se mantenía el dejo de la lejanía con los demás, el sentirse distinto. Su vida personal no fue fácil y aunque al final parece que hubo reconciliación, estuvo mucho tiempo distanciado de su única hija.

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Nació hace justo hace cien años, el 31 de marzo de 1914 en Mixcoac (México) cuando el país se encontraba en plena lucha revolucionaria. Su padre, Octavio Paz Solórzano, al igual que su abuelo, Ireneo Paz, escribían, además de dedicarse al periodismo y ser activos en la política del país. Aunque el primero lo hizo en las filas de Emiliano Zapata, y el segundo, en las de Benito Juárez y luego en las de Porfirio Díaz.

Dichas influencias hicieron que desde joven, el escritor se volcara a la política, incluso estudió Derecho, aunque abandonó la carrera que estaba por concluir. En la infancia, él decía que durante dos años él y su madre habían alcanzado a su padre en Estados Unidos, aunque no se ha corroborado, de haber sido así, allá asistió al jardín de niños, para luego regresar a México a  realizar la primaria en “El Zacatito”, un colegio francés lasallista y luego en el Colegio Williams.

La piel blanca y los ojos azules lo hacían diferente de sus compañeros de estudio,  por lo que no tenía amigos de su edad, sus pláticas eran con su tía y su abuelo. Ingresó a la Escuela Secundaria 3 y cuentan que en 1930, junto a su amigo español, José Bosch, fundó la Unión de Estudiantes Pro Obreros y Campesinos. Más tarde Bosh fue expulsado de México  por su activismo político.

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Pese a la larga distancia que debía recorrer para asistir cada día, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, que estaba en el antiguo Colegio de San Ildefonso, fue alumno de destacados intelectuales, como Antonio Caso, Samuel Ramos, Julio Torri, Carlos Pellicer y José Gorostiza. Fuera de la escuela, aprendió de otros grandes referentes, como Xavier Villaurrutia y Jorge Cuesta. A los 17 años fundó la revista Barandal, también fue el nombre de su primer libro, que apareció dos años después.

De su madre no se sabe mucho, era de origen español, alguna vez el escritor señaló: “Mi familia paterna era liberal y, además, indigenista: antiespañola por partida doble. Mi madre detestaba las discusiones y respondía a las diatribas con una sonrisa. Yo encontraba sublime su silencio, más contundente que un tedioso alegato. Mi madre -hormiga providente... pero hormiga que cantaba como una cigarra- me decía: procura ser modesto, ya que no humilde. La humildad es de santos, la modestia, de gente bien nacida.”

Tras la derrota de Zapata, Paz Solórzano se vuelve alcohólico, causa del accidente por el que fallece arrollado por un tren; algunos consideran que esta pérdida llevó a Octavio Paz  a dejar todo y dirigirse a Mérida, Yucatán, en misiones educativas del general Lázaro Cárdenas, ahí conoció la otra realidad del país, la pobreza, la discriminación y las injusticias que se vivían de manera más aguda fuera de la capital.

Pocos meses después –por recomendación de Pablo Neruda a quien había enviado muestra de su trabajo– Octavio Paz es invitado a participar en el Primer Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, en Valencia, España.  La Guerra Civil había estallado en el país europeo en 1936 y Octavio Paz coincidía con los ideales republicanos, el poeta regresó a  México, contrajo matrimonio con Elena Garro y el 16 de junio se embarcaron  juntos hacia España. Ahí se reencuentra con Bosh, éste le hace saber de la persecución que ha sufrido a manos de sus propios compañeros, aquí es donde algunos sitúan el comienzo de la reserva de Paz por la izquierda.

El primer Paz
Los primeros textos del escritor, etapa que algunos denominan El Primer Paz, son  críticas literarias y poéticas de los autores que lee en esos momentos, como Carlos Pellicer y Quevedo. Asimismo se enfoca en la búsqueda del ser mexicano, explora el erotismo y se sumerge en la teoría poética.A esta época corresponden las publicaciones “Luna silvestre”, “¡No pasarán!”, “Raíz del hombre”,  “Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España” y “A la orilla del mundo”.

El viajero
En 1944, con una beca Guggenheim, pasa un año en Estados Unidos. En 1945 entra en el Servicio Exterior Mexicano y es enviado a París como funcionario menor de la embajada mexicana. Ahí conoció el surrealismo y se relacionó con destacados artistas, lo que le alejó del marxismo.

En 1951 viajó a la India y en 1952 a Japón. Regresó a México en 1953 donde hasta 1959 desarrolló una intensa labor literaria. Durante la década de 1950 publicó cuatro libros fundamentales: el libro de poemas “Libertad bajo palabra” (1949); “El laberinto de la soledad” (1950) donde retrata a la sociedad mexicana, con esta obra comienza su fama internacional; “¿Águila o sol?” (1951), donde se advierte la influencia surrealista, y  “El arco y la lira” (1956), en el que desarrolla su poética.

En 1959 ocurrió el divorcio con Elena Garro. En 1960 Octavio Paz volvió a París y en 1962 a la India, como funcionario de la embajada de México. En 1964 se casó con Marie Jose Tramini, su actual viuda. En 1968 renuncia a su cargo como diplomático para manifestar su desacuerdo con la masacre ocurrida en Tlatelolco, entonces Paz fijó su residencia en París, en donde trabajó junto a André Bretón.

Impulsor de la crítica  
Después de la renuncia, Paz se convierte en conferencista y profesor invitado en varias universidades del mundo, particularmente las norteamericanas, es respetado por haber externado su opinión, incluso dejado el cargo diplomático. En 1971 fundó la revista Plural, en la que colaboraron algunos de los escritores más importantes de la generación posterior. En 1977 dejó Plural e inició la revista “Vuelta”que dirigió.

Los críticos destacan que dejó las formas poéticas tradicionales para lanzarse a la modernidad, pretendía liberar a la palabra de reglas o propósitos utilitarios para devolverle su esencia mágica, haciendo uso casi exclusivo del pensamiento y de rimas internas y sutiles.

De su madurez destacan “Los hijos del limo” en la que indaga en la poesía: “Un poema es un objeto hecho del lenguaje, los ritmos, las creencias y las obsesiones de este o aquel poeta y de esta o aquella sociedad. Es el producto de una historia y de una sociedad, pero su manera de ser histórico es contradictoria”, advierte Paz en el prólogo del libro.

En “El ogro filantrópico” habla sobre la definición de Estado en esa época. Mientras que en “Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe” estudia vida y obra de la poeta.