Denuncian es más fácil censurar desnudos artísticos que "fake news" en Facebook

Spencer Tunick sostiene que por censura en redes como Instagram peligra la libertad de expresión en el terreno del cuerpo humano y el arte

Foto: El Universal

El Universal/La Voz de Michoacán.
México. ¿Cómo determinar si una foto de cuerpos desnudos es algo artístico o una obscenidad? ¿Si el pezón de una mujer es un pronunciamiento político o una manifestación erótica?

El video de un alumbramiento puede mostrar los genitales. ¿Corresponde censurar lo que muchos pueden considerar una celebración de la vida?

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En 1964, el juez de la Corte Suprema de Estados Unidos Potter Stewart se abstuvo de definir lo que constituye una obscenidad, pero agregó una frase que se hizo famosa: “Eso sí, sé distinguirla cuando la veo”.

En el siglo XXI, ¿es capaz Facebook de hacer esa distinción?

La red social libra una dura batalla en torno a los pronunciamientos discriminatorios, el extremismo, los abusos y la información errada de sus servicios, que en total tienen 3 mil millones de suscriptores en todo el mundo.

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Al mismo tiempo, ha estado replanteando sus políticas hacia los desnudos, tratando de ajustar normas bastante rígidas a los tiempos modernos para responder a las nuevas actitudes hacia la identidad de género, las manifestaciones políticas y la libertad de expresión, empleando a miles de personas y la inteligencia artificial para lidiar con el tema.

Algunos de sus usuarios --incluidos activistas, terapeutas sexuales, víctimas de abusos, artistas y educadores sexuales-- dicen que las políticas de Facebook e Instagram siguen siendo demasiado vagas y no son aplicadas con el mismo énfasis en todos los terrenos. Sostienen que sus trabajos son censurados injustamente, condenándolos a la “cárcel de Facebook”, sin aviso previo y casi sin recursos para revisar las medidas.

Para ellos no es un asunto menor. Los artistas pueden quedarse sin su audiencia, los negocios sin acceso a sus clientes y personas vulnerables sin una red de apoyo. Esto significa que una empresa del Silicon Valley, cuyas plataformas de internet son hoy nuestros diarios, nuestras revistas, nuestras galerías de artes y nuestras plazas públicas, tiene la última palabra en una cantidad de temas relacionados con la libertad de expresión. Básicamente, decide cuales son los “patrones aceptables en la comunidad” de miles de millones de personas en todo el mundo.

“Instagram es realmente la revista del mundo en estos momentos. Y si hay artistas censurados en Instagram, eso es muy peligroso para la libertad de expresión en el terreno del cuerpo humano y el arte”, expresó Spencer Tunick, fotógrafo de renombre internacional por sus fotos de grandes cantidades de personas desnudas.

Tunick dice que últimamente vio su trabajo parcialmente censurado por Instagram, que ha pasado a ser una herramienta imprescindible para que los artistas exhiban sus obras. Sus publicaciones no son retiradas, pero cuesta verlas.

Desde ya, hay consenso casi universal en que la explotación de menores y las imágenes no consentidas por los involucrados no deben estar en las redes sociales. La pornografía probablemente tampoco.

Los sistemas de monitoreo de Facebook funcionan mejor con los desnudos que con las manifestaciones de discriminación, los extremismos y la desinformación. Después de todo, un trasero es un trasero y un pezón es un pezón. Pero decidir si un pezón es arte, pornografía o protesta es algo más complejo. Y más todavía instruir a la inteligencia artificial acerca del deseo humano.

Desde sus inicios como un servicio universitario de fotos y red social, Facebook prohibió los desnudos. Con el correr de los años la audiencia de Facebook aumentó y se hizo más diversa, y se adoptó una actitud un poco más liberal. La firma aprobó excepciones y toleró las fotos de mujeres amamantando, de nacimientos y de operaciones de cambio de sexo.

“Teníamos esta política que prohibía los órganos reproductivos”, dijo Kim Malfacini, directora de políticas de productos de Facebook que supervisa el desarrollo de los patrones comunitarios de la empresa. “Hasta hace dos años no había excepciones”.

Todo cambió cuando empezaron a aparecer fotos y videos de mujeres que querían compartir su alumbramiento, indicó. Las normas vigentes prohibían eso. Malfacini dijo que decidieron hacer excepciones para las imágenes de alumbramientos incluso si mostraban los órganos reproductivos. Ahora esas imágenes aparecen con carteles alertando sobre su contenido. El usuario puede hacer un click y verlas.

La mayor parte de las fotos de niños desnudos que aparecen en Facebook son publicadas inocentemente por sus padres. A veces Malfacini habla con ellos.

“No tienen idea de que esas fotos pueden ser usadas con fines perversos”, expresó la ejecutiva.

En relación con los desnudos de menores, Facebook es más conservador. No se admiten fotos de niñas mayores de tres años con el torso descubierto. Sí de los varones.

A algunos padres esto les puede parecer sexista.

“Es un tema complejo”, admitió Malfacini.

Estas políticas pueden parecer arbitrarias y sus consecuencias a menudo son a largo plazo.

Dawn Robertson, por ejemplo, lanzó una campaña a favor de los derechos de las mujeres en las que fotografió mujeres desnudas, con sus partes íntimas ligeramente cubiertas.

Son fotos llamativas, no solo porque las mujeres están desnudas sino porque son cuerpos imperfectos, que no han sido retocados. Son fotos provocativas de mujeres con arrugas, gorditos y tatuajes, alguna en silla de ruedas o embarazada.

Las publicó en Facebook e Instagram y la campaña despegó con fuerza.

“Hubo comentarios muy negativos y Facebook cerró mi cuenta personal”, dijo Robertson.

Desde el lanzamiento de la campaña, las páginas de Robertson son cerradas temporalmente. Pero ella no puede eliminar los comentarios racistas y sexistas que publica la gente en su propia página. No se le informó nunca por qué era censurada, aunque supone que es por los desnudos, a pesar de que Facebook los tolera en algunos casos, sobre todo cuando son parte de algún pronunciamiento político.

Otras redes tienen enfoques distintos. Twitter es más permisivo y Tumblr hace poco prohibió el contenido para adultos.

Lori Handler, quien trabaja como “coach del sexo y la felicidad”, fue “encarcelada” por Facebook hace dos años, cuando publicó una foto de alguien haciendo yoga desnudo. No pudo hacer comentarios ni enviar mensajes privados.

“Tenía cuatro páginas de negocios y una personal”, manifestó. “Cuando me hacen a un lado y no puedo publicar nada, mi negocio se paraliza por un mes”.

Algunos artistas han protestado y le han pedido a Facebook que reconsidere sus censuras.

“El cuerpo humano no es nada horrible, traumático. Es algo muy bello”, dijo Svetlana Mintcheva, directora de programas de la Coalición Nacional Contra la Censura, que le ha pedido a Facebook que reconsidere su prohibición de los desnudos fotográficos.

A veces los artistas encuentran otras plataformas para publicitar sus trabajos, pero nada se compara con el alcance que tiene Facebook.