Diego Rivera aún vive en su obra "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central"

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Diego Rivera
Foto: Twitter. La obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” del muralista Diego Rivera, además de condensar la historia de México, cuenta su propia historia en un lienzo de 35 toneladas de peso.

Notimex/La Voz de Michoacán

 

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México. La obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” del muralista Diego Rivera, además de condensar la historia de México, cuenta su propia historia en un lienzo de 35 toneladas de peso.

Albergada por el Museo Mural Diego Rivera del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el cual se construyó para resguardarlo, así como para presentar diversas exposiciones que se desarrollan al año, puede ser visitada de martes a domingo.

El mural de más de cuatro metros de ancho por poco más de 15 metros de largo, es considerado una de las obras artísticas más admiradas del país, tanto por mexicanos como por turistas, en el cual Diego Rivera refleja el momento más esplendoroso de la cultura, indicó un comunicado.

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Fue iniciado en 1947 y es una de las piezas artísticas más reconocidas de Diego Rivera en la actualidad: Al centro está la icónica Catrina, pero junto a ella múltiples personajes de la historia mexicana, quienes coinciden en un mismo contexto: la Alameda Central.

Entre ellos destacan Hernán Cortés, Fray Juan de Zumárraga, Sor Juana Inés de la Cruz, Antonio López de Santa Anna, Benito Juárez, Maximiliano y Carlota de Habsburgo, quienes ilustran las diferentes etapas de la historia de México, desde la Conquista hasta la modernidad.

“La composición son recuerdos de mi vida, de mi niñez y de mi juventud, y cumbre de 1895 a 1910. Los personajes del paseo sueñan todos, unos durmiendo en los bancos y otros andando y conversando”, precisó en su momento el autor de la obra.

El mural inicialmente fue una pieza para el salón comedor del Hotel del Prado, sin embargo, antes del sismo de 1985, el cual destruyó el inmueble, fue trasladado al vestíbulo del hotel, para lo cual se le construyó una estructura metálica, traslado que lo salvó, porque el restaurante quedó en ruinas.

Otro gran inmueble se derrumbó durante aquella catástrofe frente al Hotel del Prado, el Hotel Regis, a este punto fue trasladado en diciembre de 1986, es decir, un año después, mediante una labor que requirió cerca de 12 horas y la participación de más de 300 trabajadores.