Días borrosos, un reflejo de las soledades modernas y los momentos cruciales de la vida

La cinta de Marie Benito compite en la sección de Largometraje Mexicano del FICM.

Foto: Samuel Herrera Jr.

Yazmin Espinoza / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Las soledades modernas, la cotidianidad y los momentos cruciales de la vida, son la base de la historia que Marie Benito presenta en su ópera prima “Días borrosos”, la cual participa este año en la sección de Largometraje Mexicano del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

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En la cinta, Emilia es una bióloga soltera e independiente cuyo objetivo principal es quedar embarazada. Al mudarse, de repente conoce a su vecino Felipe. Sus caminos convergen fortuitamente en una singular amistad donde la vida y la muerte se cuestionan. Atraviesan el caos común y global, buscan cómo hacer realidad sus más profundas creencias y deseos.

“Es una película que llevo muchos años gestando. Quería hablar de las soledades modernas en las ciudades grandes. Ambos personajes están viviendo un momento único en su vida porque ambos están viviendo un momento único, ella el final de su periodo fértil, y él el final de su vida”, compartió la cineasta previo a la proyección de su película en la edición 20 del FICM.

Sobre el guion, que también es de su autoría, explicó que fue modificado luego del periodo de pandemia pues, más allá de las cuestiones técnicas que tuvo que adaptar para la grabación, consideró que la soledad se había acentuado y la cotidianidad se había visto alterada durante esta crisis mundial.

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“La pandemia retuvo el rodaje, pero aproveché para adaptar el guion porque sentí que se acentuaron las soledades y esta comunidad que se creaba entre vecinos”.

Así, en “Días borrosos” la pandemia tiene un papel importante y vemos cómo afectó la vida diaria de los dos personajes principales. En pantalla, vemos claro el uso de cubrebocas, oficinas vacías, y la constante limpieza de espacios, elementos que se volvieron parte de la cotidianidad.

En este sentido, en esta película, justamente los espacios tomaron una relevancia mucho más notoria que en otras producciones ya que, al ser una historia que se desarrolla en su mayoría en interiores, estos tenían que reflejar a detalle a las personas que los habitaban.

Marie Benito señaló que consideró un logro el conseguir que los departamentos de sus dos protagonistas estuvieran realmente en el mismo edificio, pues fue así más fácil para el departamento de producción retratar esa cercanía entre ambos.

“El de ella se readaptó porque, por su personalidad, necesitábamos que fuera muy minimalista, hasta un poco vacío pero, en cambio, el de Felipe si estaba vacío y fue un espacio que se tuvo que crear desde cero lo cual fue un reto porque con nuestro limitado presupuesto tuvimos que amueblar por completo como si hubieran pasado ahí años de historia, tuve que asaltar la casa de mis suegros para lograr llenar de muebles, y el departamento de arte trabajó mucho en los detalles de los cuadros y el ambiente en general”, detalló la directora.

Por su parte Flavia Martínez, directora de fotografía de “Días borrosos”, destacó que el control de los espacios era de suma importancia para la grabación, pues es una película muy íntima que habla del día a día de las personas y de esta cotidianidad que te envuelve.

“Habla de estas cosas de que haces cuando nadie te ve, qué haces con tu espacio, así que fue ir descubriendo estos detalles conforme íbamos conociendo a los personajes”.

Actuaciones que se complementan  

Sophie Alexander Katz es la actriz que da vida a Emilia es una bióloga soltera e independiente cuyo objetivo principal es quedar embarazada, lo cual no le resulta sencillo al no tener pareja y estar en sus cuarenta, por lo que pasa por distintos procedimientos médicos que poco a poco la terminan agotando.

Por otro lado, Enrique Barruel interpreta a Felipe, un jubilado en sus 80 que recientemente a quedado viudo y, al no ser de México, al perder a su esposa y no tener hijos se ha quedado completamente solo.

Ambos personajes viven en el mismo edificio y, aunque solo los separa un piso, es hasta el encierro pandémico que se encuentran y comienzan a desarrollar una relación que presenta sus altibajos.

“Me impactó recibir el guion y darme cuenta de que aborda esta relación íntima entre una persona de 40 y otra de 80, porque esto pocas veces lo he visto reflejado en la pantalla. No se habla de los adultos mayores y de los que vamos para allá si tenemos suerte”, comenta la actriz mexicana que compartió pantalla con Enrique Barruel, para quien esta es su primera película.

Y es que Enrique era un ejecutivo jubilado cuando la directora de “Días borrosos”, Marie Benito, lo vio por casualidad en un café y pensó que sería perfecto para el papel.

“A Sophie la invité al proyecto desde hace muchos años, pero la búsqueda de Felipe fue difícil porque no hay muchos actores de esta edad. Busqué no actores profesionales y un día en un restaurante vi a Enrique y salí corriendo detrás de él y lo invité a hacer la película. La verdad le llamé hasta dos años después por todo esto de la pandemia, pero él dijo que claro que se acordaba de mí, y aceptó unirse”.

Enrique Barruel asegura que, luego de dedicar su vida a trabajos de oficina como desarrollador de sistemas y auditor de operaciones, jamás se imaginó que a sus 80 años pudiera protagonizar un filme, aunque siempre hubiera sido fanático del séptimo arte.

“Yo nunca había aspirado ser actor, esto fue una sorpresa total y me pareció bastante insólito, pero fue una experiencia fantástica y la disfrute plenamente. Siempre he sido aficionado al cine, pero de actuación no tenía absolutamente ninguna experiencia y fue impactante para mí estar en un set y ver todo lo que pasa detrás de las cámaras”.

Sophie Alexander Katz asegura que, a pesar de su experiencia, en cada proyecto nuevo se siente como una novata, por lo que fue increíble para ella poder compartir esta experiencia con un profesional como Enrique.

“Yo le decía a Marie que qué increíble, porque un protagónico a mis 80 años sería la cereza del pastel en mi carrera. La experiencia fue muy bonita porque tú no eres nada si el otro personaje no está construido, esto es un trabajo de ida y vuelta”, comenta.