Jueves Santo y quema de Judas: una tradición amenazada por su impacto ambiental

En Guanajuato, se ha anunciado el fin de la quema de Judas, mientras que en otros se buscan alternativas, como reemplazar las figuras por piñatas

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán - Cada Jueves Santo, la Plaza del Carmen en Morelia se transforma en el corazón de la venta de Judas, una costumbre enraizada en la verbena popular y religiosa, sin embargo, esta tradición milenaria enfrenta una amenaza de desaparición debido a preocupaciones ambientales.

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Los Judas, representaciones de figuras malignas generalmente elaboradas por cartoneros locales, se adquieren durante el recorrido de los 7 templos y se queman el Sábado de Gloria como parte de un ritual de exorcismo simbólico aquí en la capital Michoacán. Esta práctica, que se remonta a la época colonial, simboliza el triunfo del bien sobre el mal, como lo dicto la tradición católica.

Aunque históricamente se representaba a Judas Iscariote, el traidor bíblico, en la actualidad estas figuras suelen adoptar la forma de políticos, artistas o personajes populares. La elaboración de estos Judas puede llevar varios días, y su destrucción, que ocurre en apenas unos minutos durante la "tronadera", es un espectáculo de color y fuegos pirotécnicos.

A pesar de su arraigo cultural, la tradición enfrenta críticas por su impacto ambiental debido al humo generado por la combustión de las figuras. Ambientalistas y algunas autoridades han propuesto poner fin a esta práctica centenaria. En algunos lugares, como Guanajuato, se ha anunciado que la quema de Judas será la última en el año 2024, mientras que en otras regiones se buscan alternativas, como reemplazar las figuras monumentales por piñatas.

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Se plantea un dilema entre la preservación de una tradición cultural y la protección del medio ambiente, dejando en incertidumbre el futuro de esta celebración tan arraigada en la identidad mexicana.